Impulsan arte entre los pequeños

           

Alejandro Colunga e Ismael Vargas convivieron con los alumnos que expusieron sus obras tras conocer su forma de trabajo.

Foto: Ángel Llamas

 

           

           

           

Durante poco más de una hora, los artistas caminaron entusiasmado por los saturados pasillos de la biblioteca

 

Rebeca Pérez

 

MURAL.-Guadalajara,  México (20 junio 2009).- Animales fantásticos de vistosos colores, personajes mitológicos con cuernos y colas enormes, hasta máscaras de rostros monstruosos. Todo un universo extraordinario, inspirado en la obra de Alejandro Colunga e Ismael Vargas, se instaló ayer en el Colegio Franco Mexicano de Guadalajara como parte de la primera edición del proyecto cultural Caramb'Art, que busca fomentar la creatividad y el arte desde la infancia.

 

Colunga y Vargas volvieron a ser niños.

 

           

           

           

Rodeados de cientos de pequeños, los artistas plásticos se convirtieron ayer en los padrinos del proyecto y sorprendidos con las creaciones de los chicos, firmaron autógrafos, se tomaron fotos con quien se los pedía y se divirtieron como enanos.

 

"Es de las experiencias más hermosas que he tenido, ha sido una entrega mutua con estos niños, yo les he entregado mi corazón y ellos me han entregado sus corazoncitos, ha sido una sinergia muy hermosa, una interacción de lo más hermoso que he vivido en mi vida", dijo emocionado Colunga.

 

Caramb'Art comenzó en enero pasado, con la visita de ambos creadores al colegio, para platicar con los pequeños. Durante los siguientes meses, los artistas abrieron las puertas de sus talleres para mostrarle a los niños su manera de trabajar, para que luego hicieran una obra artística, recordó el coordinador del proyecto Raymond Corchia.

 

En total participaron cerca de 800 niños y adolescentes de primaria y secundaria y el resultado de sus creaciones se expuso ayer, en la Biblioteca y Centro de Información del colegio.

 

Durante poco más de una hora, los artistas caminaron por los saturados pasillos de la biblioteca y sobrecogidos por la experiencia, respondieron al entusiasmo de los pequeños con muchos abrazos y autógrafos.

 

"El ego se siente confortante, toda esta experiencia me tiene muy emocionado. El hecho de que los niños tomen el pretexto del trabajo de un pintor me gusta; aprendí mucho de ellos, son mucho mejor que nosotros", dijo Vargas, entre la multitud de pequeños que lo rodeaba.

 

Emilia Díaz Corona fue una de las pequeñas que durante varios meses aprendió sobre el trabajo de los artistas. La pequeña hizo un collage de frutas y verduras, aderezado con pintura, para expresar su posición frente al arte.

 

"Estuvo muy padre porque es una oportunidad para darnos cuenta que todos pueden pintar, que aunque no nos guste como pintemos a algún artista o a alguien le va a gustar y te va alentar a que sigas", dijo la niña que cursa el quinto grado de primaria.

 

En la exposición también participaron las niñas Natalia Padilla e Isabella de Oyarzabal, quienes aprendieron a tomar los pinceles y el papel para dibujar dragones y mariposas.

 

"Me siento muy contenta porque aprendí muchas cosas, a pintar y a expresarme con la pintura", agregó Natalia.

 

En total la exposición reunió cientos de obras, entre pintura, escultura en barro y papel maché, máscaras de cartón, dibujos, alebrijes y hasta zapatos decorados en fuertes colores.