La obra de Jesús Reyes Ferreira, “un canto a la felicidad”: Monsiváis
javier ramírez

Guadalajara, Jal., 1 de mayo (apro).- La obra de Jesús Reyes Ferreira “es un canto a la felicidad”, afirmó el escritor Carlos Monsiváis, en el acto en el que se recordó al pintor jalisciense, durante la inauguración del “Museo de los Títeres” de Jalisco, ubicado en la casa donde vivieron los Reyes Ferreira.

En el acto, Monsiváis, el periodista Juan José Doñán y los pintores Javier Arévalo y Francisco de la Peña, hablaron de la obra de “Chucho” Reyes ante un numeroso público que acudió al andador Coronilla, al que De la Peña sugirió se le cambie el nombre a “Paseo Jesús Reyes Ferreira”.

Luego de destacar las cualidades estéticas de Reyes Ferreira, Monsiváis expresó que "`Chucho` era un maestro del incesto de los objetos. Hacía que un cristal, animales de madera o un objeto textil se convirtieran en una genuina orgía del buen gusto, todo en un espacio muy pequeño".

Agregó que "la obra de Reyes es un canto a la felicidad, algo muy abstracto si se quiere, expresado en audaces y magnificas combinaciones del color”.

Señaló que en el mercado del arte hay miles de copias de Cristos atribuidos al pintor jalisciense, e ironizó sobre la sociedad tapatía “decente y buena” que, dijo, “humilló a `Chucho` por sus preferencias sexuales”.

Luego, Monsiváis leyó una carta inédita que Diego Rivera le envió a Reyes Ferreira, donde le expresa su solidaridad e indignación, debido a que las autoridades policíacas violaron sus derechos.

Al respecto, el periodista e investigador Juan José Doñán aclaró que “las preferencias sexuales de `Chucho` eran las mismas de otros ilustres jaliscienses, que entonces ya no vivían en Guadalajara, como Pepe Guízar, José Mojica y Elías Nandino, entre otros”.

Añadió que, cuando era adulto, “como tantas otras personas, `Chucho` tuvo que cargar con el sanbenito de que era un `rarito` y demás títulos estigmatizantes”.

Doñán señaló que, el 18 de junio de 1938, agentes policiacos allanaron la casa de Reyes Ferreira, luego de una denuncia presentada por una señora. Añadió que “Chucho” fue detenido junto con los jóvenes Álvaro Matute Remus, Óscar Bernach Merino, Mario Bonet Segovia e Ignacio Gallardo Cárdenas, “todos ellos pertenecientes a conocidas familias de la sociedad tapatía”.

Explicó que, entre los cargos que se imputaban a Reyes Ferreira, estaba el de “organizar saturnales en su domicilio”, lo que, dijo, nunca pudo ser comprobado. Sin embargo, añadió, “Chucho fue torturado en los separos de la policía, donde agentes lo colgaron de los brazos, desencajándole uno de ellos. Además, sufrió el escarnio público, ya que fue paseado por la ciudad portando la leyenda: `Soy corruptor de menores`”.

A partir de entonces, Reyes Ferreira y algunos de los jóvenes que, junto con él fueron detenidos, ya no pudieron vivir en Guadalajara y emigraron a otras ciudades del país. Dijo que “en este penoso episodio, tuvieron un lamentable papel algunos artistas e intelectuales jaliscienses de entonces, quienes, en lugar de solidarizarse con `Chucho`, se sumaron a la campaña de linchamiento moral que acabó echando de Guadalajara a `Chucho` y sus amigos”.

Añadió que los pintores Rubén Mora Gálvez,  Ixca Farías,  José Parres Arias y Francisco Sánchez Flores, así como el ingeniero y escultor Leopoldo Bancalari, fueron algunos de los firmantes de una carta que enviaron al periódico Las Noticias, en la que pedían que no se le diera el título de pintor a Reyes Ferreira.

Doñán dijo que “el tiempo se encargó de poner a cada quien en su sitio, ya que esos personajes, que se sumaron a la `campaña de vejación contra `Chucho`, regateándole hasta el título de pintor, en la actualidad no pasan de ser apreciables glorias municipales. Reyes Ferreira, en cambio, aparte de motivo de orgullo del arte jalisciense, es uno de los artistas mexicanos más originales del siglo XX, así como uno de los estetas mayores que ha nacido en nuestro país”.

A su vez, Francisco de la Peña precisó que Diego Rivera, que días antes de ese acontecimiento había estado en Guadalajara en compañía de André Breton y Frida Kahlo, fue quien rescató a Reyes Ferreira y se lo llevó a la Ciudad de México.

Relató que, cuando vino a México, Marc Chagall vio unas pinturas de Reyes Ferreira y le dijo: “Tú eres el Chagall mexicano”.