Inauguración de “El Orígen”, fotos: Inés Palomar

 

 

 

Guadalajara, Jalisco, México - Miércoles 09 de Agosto de 2006

 

 

Claudia Perenzalez y Cathy de la Mora, en la Alianza Francesa



Lo recóndito de una pincelada



• Pieza que integra la muestra El origen, de Claudia Perenzalez.

 

 

Lo físico es pasajero. La esencia es lo que prevalece. No en vano tantas pinceladas sugeridas por una figura humana, una existencia, un origen. Claudia Perenzalez y Cathy de la Mora coinciden y aplican la hipótesis a esa obra que a partir de este miércoles podrá ser observada en la Alianza Francesa (López Cotilla 1199).
Es lo intrínseco lo que las mueve a crear una serie de piezas trabajadas al óleo que durante el mes de agosto serán exhibas en las instalaciones de la institución.
Claudia Perenzalez presenta El origen, una muestra integrada por 13 cuadros de diversos formatos, que se traducen en su primera exposición abstracta, una línea que decide explotar y con la que, a decir de ella, se sintió identificada.
La artista nacida en Guadalajara en 1973, explica que anteriormente ya había experimentado “como una semi-transición. Había dejado la figura humana para cambiar como de personajes, por así decirlo. En lugar de personas trabajé una serie que hablaba del amor; sigo hablando de los sentimientos humanos en todas mis exposiciones”.
Después fue la naturaleza lo que guió la mano de la pintora. Ésta partía de una premisa: “El ser humano ya estaba como en un rol contemplativo nada más”.
En El origen, Perenzalez retoma la vida pero desde el inicio: “Traía en la cabeza como una forma semielítica que me remontó a pensar en células, en la vida”. Después viene la confesión: “La verdad es que quiero ser mamá”, ríe.
Lo cierto es que Claudia Perenzalez se desenvuelve sobre el lienzo con libertad. No sólo explora en las formas. También en los colores. “Es un proceso como de ‘acción painting’ como lo llamaban los expresionistas abstractos. Es algo espontáneo, con efectos muy intensos y que tienen que ver más con color y líneas sin tantos rollos. Me identifiqué”.

La espiritualidad

Al igual que Perenzalez, Cathy de la Mora parte del humano. Específicamente del espíritu. “No nada más somos cuerpos físicos, también hay que buscar esa parte espiritual”.
Es un pensamiento que De la Mora aterriza en 16 cuadros de mediano y pequeño formato. Su nombre: Ser.
Son piezas figurativas en las que prevalece la mujer, la misma que se despoja de su vestidura para manifestarse así, tal cual es. Los colores son fuertes (ocre y azules, básicamente). Eso es parte de la constante de la artista que inicia su carrera como dibujante y pintora en Galería Vincent bajo la tutela del pintor José Fors.