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Delia Sánchez de Kristian.
Es una de las artistas que empezaron, hace quince años, a darle
un uso diferente a la glorieta Chapalita, cuando
obtuvieron el permiso municipal para mostrar y vender su obra al aire libre.
"Éramos quince los que empezamos esto, de los cuales quedamos sólo
dos". Entonces no asistían cada domingo, sino un sábado y un domingo,
pero una vez al mes. Prosiguieron yendo sólo los domingos, pero con
frecuencia mensual. Nos dimos cuenta de que a la gente se le olvidaba qué
domingo tocaba", por eso se determinó hacerlo cada domingo, llueva o
truene. Pero además, Delia Sánchez de Kristian
ha sido vecina de Chapalita de toda la vida. Vive y
tiene su negocio a escasas cuadras de
la glorieta. "Por eso fui de las invitadas; porque los colonos de Chapalita me hicieron el favor de invitarme", cuenta
para explicar cómo llegó en primera instancia. El grupo original de expositores provino en
su mayoría del Centro, Cultural las Calas. Tiene recuerdos de aquél primer día en que sacó su caballete a la
calle. "Era muy novedoso, la gente pasaba en sus carros y nos veía sin
saber bien qué estaba pasando. Para nosotros era un gusto, podemos venir a
manifestar... Era como venir a pasar un día de campo, así fue como empezó
esto, nos veníamos todo el domingo y
poco a poco empezaron a caer, un
pintor, otro pintor, hasta tener
realmente lo que es un jardín de arte". Delia Sánchez de Kristian empezó a
exponer sus trabajos hace 20 años. Empezó en el dibujo y la pintura como un
pasatiempo que aprendió en el seno familiar. "Algo ha de haber, porque
en mi casa pintamos tres hermanos y tengo un tío que también pintaba,
entonces quizá de haberlo visto se me ocurrió. Si en la casa paterna recibió
un primer aliento por la plástica, consolidó su vocación tras el matrimonio,
al compartir la afición con su marido, Carlos Kristian. La pintora ha encontrado el espacio y el tiempo necesarios para
desarrollar su carrera pictórica a la par que atiende a sus obligaciones de
esposa y madre. En alguna ocasión dio clases de pintura, como en su
oportunidad las recibió; ahora se dedica a atender su propia galería, pero los
domingos los tiene reservados. "Para este día no hago compromisos, y
quien me busca, ya sabe dónde hallarme." Ahora Delia de Kristian tiene cinco hijos, todos casados, y doce nietos.
Uno de sus hijos heredó el gusto por la pintura, pero sus responsabilidades
familiares lo han alejado del caballete. " De las técnicas que prefiere destaca la acuarela y el acrílico.
Dice que cada técnica tiene su encanto y su dificultad. "La acuarela es
difícil porque no puede uno estar corrigiendo ni nada, pero el acrílico
también tiene su chiste, porque para lograr las transparencias es más
trabajo, es más tiempo". También ha recurrido al pastel y al óleo. En
dos decenios, ha firmado y numerado cerca de 1,600 cuadros. Las acuarelas no
las numera, pero también deben ser bastantes. “Considera que en su trabajo debe conciliar los requerimientos
del mercado con los gustos personales. "
Las dos cosas influyen. Sí hay que pensar en el mercado porque estamos
en este negocio y tiene que ser así, pero también está el gusto, a mí me gusta mucho la naturaleza, las flores" ANTONIO MÁRQUEZ MICHEL Público 31-octubre-2004 |
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