Ixca Farías
Sonia
Ibarra Ibarra
Ixca Farías,
maestro de arte, sale del patrón clásico del mentor de gran seriedad, formal,
tradicional, pues Ixca, sin ser pedagogo dejó
profunda huella no sólo en sus alumnos, sino en todo aquel que le trató.
Quienes le conocieron y trataron, que al parecer fueron
muchos, coinciden al opinar sobre el gran carisma que poseía Ixca, en su don de gentes. Al leer los comentarios que de
él hacen sus amigos, uno imagina ese tipo de persona realmente especial,
original, bohemia e incluso mística con una gran filosofía.
Mi Dios es la Ley sabia que todo lo rige; el mal como lo
toma vulgarmente no existe, es una forma de ignorancia, pues mi Dios la
naturaleza infinitamente sabia, no pudo crearlo, porque entonces serían dos
creadores; lo que consideran mal, solamente es la armonía en las vidas, no se
podría valorizar la bondad, si no hubiera donde ejercerla; no se podría tocar
con armonía, si no hubiera varias notas graves y agudas; no se podría pintar
un cuadro con un solo color. El dolor humano es la gimnasia del alma para
irse purificando y una vez llegaremos a fundirnos en la gran sabiduría.1
Una de sus innumerables preocupaciones fue la enseñanza de
las artes plásticas y es así como lo encontramos involucrado en lo oficial y
en el ambiente magisterial. De grandes convicciones educaba con el solo hecho
de actuar conforme a su ideología. Inspiraba gran confianza a quienes le rodeaban. A todos hablaba de TÚ y no establecía
barreras entre él y sus educandos.
Entre los compañeros y discípulos que recibieron la
influencia de Ixca, Guadalupe Zuno
menciona a Carmen Aldrete, Concha Becerra, Enrique Celis, Jesús Guerrero, Rodríguez Caracalla, Enrique y
Alfonso García Ruíz, Alfonso Gutiérrez Hermosillo,
Jorge Martínez, José Parres Arias, los hermanos Servín, Agustín Yáñez, Jorge
Matute Remus, José Cornejo Franco, Hugo Vázquez,
León Muñiz, Edmundo Ponce Adame, Guillermo Ramírez Valadez y Francisco Marín entre otros.2
Este pintor que trocó su nombre de pila (Juan), por el de Ixca (cocedor de barro), destacó en Guadalajara
por su actividad artística y docente. Fue Inspector Honorario y Conservador
de Monumentos Artísticos y Coloniales en el Estado en 1916; Director del
Museo de Bellas Artes, Etnología e Instrucción Artística, (antecedente
directo del actual Museo de Guadalajara), desde 1917; Director del Museo del
Estado desde 1918; profesor de pintura y caligrafía en la Escuela Normal para
Señoritas desde 1914; profesor de dibujo y pintura en la Escuela Industrial y
Comercial para Señoritas en 1915; profesor de Arte decorativo en la Escuela
de Artes y Oficios, en 1915; profesor especial en la Escuela de Pintura al
aire libre en 1929; profesor de dibujo en la Academia Nocturna de 1921; en el
American School en 1924;
en el Instituto Colón desde 1921.
Fue miembro de la Junta de Beneficencia Privada en 1924;
miembro de la Comisión Científica Astronómica, Yorbanis,
Durango.
Perteneció también al Ateneo Jalisciense, a la Asociación
de Pintores y Escultores Independientes, a la Sociedad Cultural Jalisciense,
donde formó parte de la Junta Directiva y a la Sociedad de Estudios
Biológicos.
Viajó por Europa y Norteamérica, estudió en el Art Institute de
Chicago, y formó parte del Centro Bohemio, una agrupación que abrazaba a
pintores, músicos y literatos de la época, cuyo principal organizador fue
José Guadalupe Zuno Hernández. Dicho Centro estaba
instalado en Tolsa (hoy Enrique Díaz de León )No.626 y contaba entre sus socios a José Luis
Figueroa, Amado de la Cueva, Juan de Dios Robledo, Manuel Martínez Valadez, José de Jesús Soto, Federico Carlos Kegel, José D. Frías, Raziel
Cabildo, Carlos Orozco Romero y Jorge Enciso entre otros, y se promovían ahí
eventos literarios, musicales y exposiciones. Luego fundó Ixca
una escuela de pintura al aire libre, a la que pertenecieron Raúl Anguiano,
los hermanos Servín, Sánchez Flores y otros
pintores.3
En 1932, al lado de Manuel Martínez Valadez
instaló un taller de Bellas Artes en el Museo del Estado. Promovió
innumerables exposiciones escolares de Artes Plásticas, algunas con carácter
internacional, donde participaron escolares de Inglaterra, Estados Unidos,
Japón, China, Holanda, Italia, Suiza, España y Argentina, y desde luego de todo
México, apoyando y difundiendo el arte infantil. Escribió un libro al
respecto titulado El cultivo del dibujo en la escuela primaria, y también se
encargó de dar conferencias como apoyo y orientación para los maestros de
educación básica. Colaboró para El Informador y escribió además: Biografías
de pintores jaliscienses, Artes populares de México, y Casos y cosas de
nuestro tiempo.
Para definirlo con palabras de Zuno,
su gran compañero: "La vida de Ixca fue, por
sí sola, ejemplar, Magistral, diría yo mejor...Su carácter tan amable, su
confraternidad innata se acrecentó tanto que le llamábamos: El hermano Ixca".4
Ixca el educador, el bohemio, el
hermano, nació en Guadalajara el 17 de marzo de 1873, vivió en el museo gran
parte de su vida, y murió en esta misma ciudad el 14 de noviembre de 1947.
Notas:
1. Cit. Por Olmedo, José de
Jesús. Museo del Estado. Bosquejo histórico. Secretaría de Educación y
Cultura/Gobierno del Estado de Jalisco. Guadalajara, 1990. p. 76.
2. Zuno, J. Guadalupe.
"Profesor Ixca Farías"
en: Educadores jaliscienses. Secretaría de Educación Pública. México,
1958. pp. 106-107.
3. Farías, Ixca. Pintores jaliscienses. Publicaciones del
Gobierno del Estado. Guadalajara, 1969. pp. 11-13.
4. Zuno, J. Guadalupe.
"El mundo de Ixca" en: Pintores
jaliscienses. Gobierno del Estado de Jalisco. Guadalajara, 1969.
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