EXCELSIOR
14-Abril-2008 Lo mexicano según González Camarena La vendimia nacional, óleo de 1946. Foto: Daniel Betanzos Édgar A. Hernández
El
pintor y muralista Jorge González Camarena fue uno de los principales
artífices del imaginario colectivo de lo mexicano gracias a una obra plasmada
lo mismo en edificios públicos que en calendarios de la empresa Galas de
México, que combinaba los ideales revolucionarios con los intereses
comerciales de la época, además de que siempre obtuvo el interés y gusto del
público. El Museo
Soumaya de Plaza Loreto presenta la exposición
Jorge González Camarena: a 100 años de su nacimiento con el pretexto que su
título indica y una selección de su trabajo publicitario, de su pintura
influida en el arte popular y algunos de sus bocetos para su obra mural. Eva
María Ayala, curadora de la exposición, explicó que el artista vivió en un
momento histórico y cultural decisivo para el país: su nacimiento, en 1908,
fue en los albores de la Revolución Mexicana y su educación coincidió con el
auge de la Escuela Mexicana de Pintura. “González
Camarena estudió pintura en San Carlos, donde conoció a Diego Rivera y fue
uno de los grandes muralistas de la llamada segunda generación, pero sus
aportaciones culturales no terminan con el muralismo, ya que también
desarrolló conceptos teóricos importantes, como su geometría armónica, además
de que a nivel de preservación del patrimonio fue el impulsor de la
preservación de San Juan de Ulúa, en Veracruz, y de
los frescos del convento de Huejotzingo, en
Puebla”, indicó Ayala. Desde la
década de los 30, a partir de su fama como muralista, González Camarena
desarrolló numerosos proyectos publicitarios con la cementera
Tolteca y con la casa editora Galas de México, con quien hizo ilustraciones
para calendarios, que hoy se siguen reproduciendo. El
artista, recordó la curadora, recreó en su mayoría personajes femeninos que
representaban lo mexicano como el cuerno de la abundancia y desarrolló una
estética figurativa que sintetizaba elementos sociales y culturales a través
de sus fruteras, tehuanas y chinas poblanas, que rápidamente tuvieron alta
demanda en el mercado. Los orginales de esos calendarios, donados por la casa
editorial al Museo Soumaya, nutren el primer núcleo
expositivo del homenaje, que resalta por la paleta y el dibujo de unas
bellezas mexicanas de rostros morenos, largas cabelleras negras y grandes
ojos oscuros. Su
cercanía con el arte popular, infuido por el Dr. Atl, definió también los motivos de su pintura, ya que es
recurrente encontrar, como lo demuestra el segundo núcleo de la exposición,
los diablos y diablas como figuras alegres y picantes del imaginario mexicano
en piezas como El diablillo filarmónico. Su obra
mural, cuyo trabajo más reconocido es Liberación. La humanidad se libera de
la miseria del Palacio de Bellas Artes, además de su obra en el Instituto
Mexicano del Seguro Social y el Museo Nacional de Antropología, se presenta
en el Museo Soumaya a través de bocetos y óleos de
mediano y gran formato, entre los que destaca Nuestro tiempo, última obra del
artista realizada en mayo de 1980.
El
pintor y muralista Jorge González Camarena fue uno de los principales
artífices del imaginario colectivo de lo mexicano gracias a una obra plasmada
lo mismo en edificios públicos que en calendarios de la empresa Galas de
México, que combinaba los ideales revolucionarios con los intereses
comerciales de la época, además de que siempre obtuvo el interés y gusto del
público. El Museo
Soumaya de Plaza Loreto presenta la exposición
Jorge González Camarena: a 100 años de su nacimiento con el pretexto que su
título indica y una selección de su trabajo publicitario, de su pintura
influida en el arte popular y algunos de sus bocetos para su obra mural. Eva
María Ayala, curadora de la exposición, explicó que el artista vivió en un
momento histórico y cultural decisivo para el país: su nacimiento, en 1908,
fue en los albores de la Revolución Mexicana y su educación coincidió con el
auge de la Escuela Mexicana de Pintura. “González
Camarena estudió pintura en San Carlos, donde conoció a Diego Rivera y fue
uno de los grandes muralistas de la llamada segunda generación, pero sus
aportaciones culturales no terminan con el muralismo, ya que también
desarrolló conceptos teóricos importantes, como su geometría armónica, además
de que a nivel de preservación del patrimonio fue el impulsor de la
preservación de San Juan de Ulúa, en Veracruz, y de
los frescos del convento de Huejotzingo, en
Puebla”, indicó Ayala. Desde la
década de los 30, a partir de su fama como muralista, González Camarena
desarrolló numerosos proyectos publicitarios con la cementera
Tolteca y con la casa editora Galas de México, con quien hizo ilustraciones
para calendarios, que hoy se siguen reproduciendo. El
artista, recordó la curadora, recreó en su mayoría personajes femeninos que
representaban lo mexicano como el cuerno de la abundancia y desarrolló una
estética figurativa que sintetizaba elementos sociales y culturales a través
de sus fruteras, tehuanas y chinas poblanas, que rápidamente tuvieron alta
demanda en el mercado. Los orginales de esos calendarios, donados por la casa
editorial al Museo Soumaya, nutren el primer núcleo
expositivo del homenaje, que resalta por la paleta y el dibujo de unas bellezas
mexicanas de rostros morenos, largas cabelleras negras y grandes ojos
oscuros. Su
cercanía con el arte popular, infuido por el Dr. Atl, definió también los motivos de su pintura, ya que es
recurrente encontrar, como lo demuestra el segundo núcleo de la exposición,
los diablos y diablas como figuras alegres y picantes del imaginario mexicano
en piezas como El diablillo filarmónico. Su obra
mural, cuyo trabajo más reconocido es Liberación. La humanidad se libera de
la miseria del Palacio de Bellas Artes, además de su obra en el Instituto
Mexicano del Seguro Social y el Museo Nacional de Antropología, se presenta
en el Museo Soumaya a través de bocetos y óleos de
mediano y gran formato, entre los que destaca Nuestro tiempo, última obra del
artista realizada en mayo de 1980. |