CULTURA Miércoles 9-noviembre.
"Siempre
he pintado lo que he querido"
Entrevista : Jorge Martínez, Pintor Mariño González, Guadalajara |
EL
INFORMADOR
Jorge
Martínez recibe el Honoris Causa
“El más grande de mi vida”, dice el artista
• Jorge Martínez López,
quien es invitado por el muralista José Clemente Orozco para realizar las obras
de gran formato, será reconocido este miércoles por la UdeG con el Honoris
Causa por su destacada labor artística, manifestada de manera principal en la
fundación de la Escuela de Artes Plásticas.
Por su destacada labor
artística, manifestada principalmente en la fundación de la Escuela de Artes
Plásticas, la Universidad de Guadalajara (UdeG) le entregará este miércoles, a
las 19:00 horas, el título doctor Honoris Causa a Jorge Martínez. Es un
reconocimiento que el pintor llama “la culminación de mi vida”
La sonrisa era inevitable. Jorge Martínez agotó
los calificativos al escuchar el nombre de la Universidad de Guadalajara. La
institución que lo adoptó “por 57 años de mi vida”. La misma que hoy, a las
19:00 horas, le entregará el título doctor Honoris Causa, en el Paraninfo
“Enrique Díaz de León”.
|
PÚBLICO CULTURA Jueves 10-noviembre 2005
Jorge Martínez
se hizo doctor entre amigos
Jorge Martínez tardó menos en recibir el doctorado
honoris causa de la Universidad de Guadalajara que en salir del paraninfo
Enrique Díaz de León. No sólo porque, a sus 89 años, necesita un bastón
para caminar. El pintor tapatío, que anoche convocó a más de 200 personas,
entre niños, jóvenes, adultos, ancianos y hasta un punk muy elegante, no se
quitó su medalla para salir del recinto y, a cada paso, fue detenido por
amigos, familiares, colegas y ex alumnos que se tomaron una foto con él o
simplemente quisieron darle un apretón de manos.
Mariño
González,
|
MURAL
Martínez asegura que nada se le olvida, ni del pasado ni del presente, está muy lúcido. Foto: Enrique Ortiz
|
Artista de honor Por Corina Preciado MURAL Grupo Reforma Guadalajara, México (11 noviembre 2005).- En pleno centro de la Ciudad hay una casa, llena de esculturas africanas y budas tailandeses, que parece un bazar de Timbuctú, trasplantado mágicamente a Guadalajara. Ahí, acompañado de dos perros, vive el pintor Jorge Martínez, que estudió con Jesús Guerrero Galván y trabajó al lado del muralista José Clemente Orozco. El creador, que aún vive en la misma finca en la que nació, recibió el miércoles por la noche el Doctorado Honoris Causa por los 52 años que pasó enseñando en la Universidad de Guadalajara. Martínez, que camina con dificultad y a quien hay que hablarle fuerte para que escuche, cuenta que sus 86 años le pesan, pero señalando su cabeza, asegura que allá arriba todo funciona bien. "Me acuerdo perfectamente de lo que pasó ayer, de lo que pasó hoy, de lo que pasó hace muchísimos años". Entre esos recuerdos, se encuentra una de las anécdotas más entrañables, que vivió al lado del autor de "El Hombre de Fuego". "Orozco tuvo un ayudante inepto, irresponsable, muy aficionado a la bebida, era un alcohólico y Orozco lo desplazó, le dijo 'ya no venga aquí conmigo, no creo que reciba nada de mí'", relata Martínez. "Y él le contestó 'maestro es que a mí me gusta mucho la pintura' y Orozco le contestó 'hay que distinguir entre lo que a uno le gusta y lo que uno puede hacer. A mí me gustan mucho los huevos de gallina, ¿pero usted cree que algún día pondré uno?'". Martínez cuenta esta historia entre carcajadas y luego, un poco más serio, reconoce que él tuvo suerte, porque pudo hacer lo que le gustaba: pintar y dar clases. Desde los 13 años tomó el pincel y a los 17 ya era profesor de dibujo en la escuela de artes plásticas de la UdeG, mientras continuó con una carrera de ingeniería civil, que terminó pero nunca ejerció. De sus clases, dice que le hace falta el ejercicio que implicaba subir los tres pisos hasta llegar hasta donde impartía sus lecciones. También extraña a sus alumnos, entre los que destaca especialmente a José Galindo y a Sergio Garval. "Si algo hice fue no someterlos a disciplinas que pudieran haber coartado su talento, su habilidad, haber tenido el sentido común de dejar que se desarrollaran", explica Martínez. Eso dice de los pintores y escultores, pero no tiene la misma opinión de los exponentes de las diferentes manifestaciones del arte actual, que usan técnicas heterodoxas. "Se han olvidado del oficio, no tienen talento, no saben lo que es la pintura. Son pintores improvisados, que de la noche a la mañana quieren que su trabajo sea una obra de arte. Creo que hay en términos vulgares mucha tomadura de pelo en esas manifestaciones, que se sufren en todo el mundo". Ahora, retirado de sus labores como profesor, sigue trabajando en su pintura, a pesar de las dificultades en sus manos. Al fin y al cabo hace lo que quiere y lo que puede. El maestro Nació en Guadalajara en 1919 Estudió pintura con Jesús Guerrero Galván Entre 1932 y 1935 formó parte del grupo Pintores Jóvenes de Jalisco, que dirigía Francisco Rodríguez "Caracalla". Fue director-fundador de la Escuela de Artes Plásticas de la UdeG de 1953 a 1962. Ha recibido reconocimientos como el Premio Jalisco en 1959. Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo |
EL INFORMADOR
Más de medio siglo de pintura y docencia
• Jorge Martínez fue
investido el miércoles
pasado doctor Honoris
Causa por
la Universidad de
Guadalajara.
En lo particular, no soy un aficionado del muralismo mexicano. Reconozco en
él un movimiento importante en la vida de México concebido por el genio de
Vasconcelos y que, según Enrique Krauze, se convirtió en el evangelio de la
Revolución Mexicana. Luego de este acontecimiento surgieron numerosas
generaciones que abrazaron con ahínco esa línea pictórica, no sólo en la
técnica, sino también en el discurso. Esa es la parte en la que no veo una
prospectiva interesante del ya extinto muralismo mexicano, siempre anclado en
una dialéctica que no permite reconciliación alguna entre sus acontecimientos y
personajes tanto nacionales como extranjeros. Es esta misma corriente la que se
encargó de mostrar a todo México el encuentro de dos culturas como una
deshonrosa conquista, nociva y perniciosa. Hubo muy pocos muralistas que
destacaran sin hacer alusión a ese discurso, como Rufino Tamayo, que aun a
pesar de las polémicas y descalificaciones de parte de Siqueiros y Rivera por
su falta de compromiso, fue un muralista siempre fiel a su arte universal. |
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------