Un bucólico jardín para los pájaros de Juan Soriano

A lo largo de su trayectoria, Juan Soriano trabajó todo el bestiario de aves. EL INFORMADOR

  • Centro Cultural en Polonia

Las esculturas del artista tapatío hacen de la localidad de Owczarnia, a unos cuantos kilómetros de Varsovia, un museo al aire libre

GUADALAJARA, JALISCO.- Cuando Juan Soriano (Guadalajara, 1920-Ciudad de México, 2006) era niño vivió una experiencia que le marcó de manera determinante, al menos así lo refleja parte de su obra como pintor y escultor. Su padre, "un hombre muy machista", como él mismo lo definía, le alentaba a forjarse en las actividades y comportamientos propios de hombres. Para este fin, le regaló una pistola. Con ella, casi sin saber por qué, el niño, un buen día, disparó a un pájaro. Durante las horas siguientes no paró de llorar.

Esta anécdota se la narró el propio Soriano, muchos años después, a su compañero Marek Keller.

Autor de dibujos para el Bestiario de Apollinaire y el Animalario de Alfonso Reyes, no solo en estos casos dio acogida a numerosas aves, sino que en otras muchas ocasiones las dejó plasmadas, tanto pictórica como escultóricamente, convirtiéndose en el hilo conductor de su obra. "Los pájaros me han fascinado desde siempre. Encierran todas las formas imaginables, todos los colores posibles y sus combinaciones… Y son capaces de volar, qué gran misterio", afirmaba.

Ahora, las esculturas de Soriano han encontrado su lugar en Polonia, donde la Fundación que lleva su nombre ha creado un jardín en el que sus pájaros monumentales coexisten con la belleza reposada de la naturaleza de Europa Central, creando un espacio en el que el arte del pintor tapatío parece querer cobrar vida.

"Aparte de mostrar la obra de Juan Soriano, éste será un lugar para enseñar a otros artistas mexicanos, que van a poder venir aquí, trabajar y exhibir su obra en Polonia", indica Keller.

El Jardín Escultórico Juan Soriano cuenta con 14 esculturas monumentales realizadas en bronce, la mayoría pájaros, los animales por los que el artista sentía una predilección especial y que ahora pueden anidar libremente en la localidad de Owczarnia, un puñado de hectáreas situadas a unos pocos kilómetros de Varsovia, entre verdes bosques de robles y hayas.

"Vienen los niños de las escuelas, dibujan las esculturas, las tocan. Soriano siempre decía que sus esculturas deberían tocarse, así que aquí el público lo pasa muy bien, se interesan mucho por este artista mexicano y a través de él también por su país", explica Keller, quien ha trabajado durante casi dos años para hacer realidad este espacio casi onírico.

Además de los pájaros gigantescos ubicados en el exterior, el jardín cuenta con una galería cubierta en la que se exponen otras 15 esculturas de tamaño más reducido, además de fotografías de diferentes obras del autor, a quien sus contemporáneos consideraron un "rebelde ilustre", etiqueta que le puso el escritor Sergio Pitol, muy cercano a él.

"A él le habría gustado mucho este lugar", asegura Marek Keller, responsable de la Fundación Juan Soriano.

La embajada de México en Polonia ha colaborado activamente con la puesta en marcha de este centro cultural. El embajador mexicano en ese país centroeuropeo, Raphael Steger, destaca que el Jardín Escultórico Juan Soriano "tiene grandes posibilidades para servir como espacio importante para promover la cultura mexicana en Varsovia y Polonia".

Steger espera que el recinto sirva para albergar "exposiciones, instalaciones, muestras pictóricas, ciclos de conferencias, talleres y otro tipo de actividades, no solo para adultos, sino también para niños".

Polifacético

Enemigo de las formalidades, Juan Soriano fue autodidacta que se sintió siempre pintor y que evitó el protagonismo de otras figuras más conocidas de su tiempo.

Con 15 años llegó a la capital del país, donde se relacionó con jóvenes intelectuales como Carlos Pellicer y Xavier Villaurrutia y un año después montó su primera exposición individual, marcada por la influencia del expresionismo alemán.

Empezó a acudir al círculo de los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo y en 1936 se afilió a la izquierdista Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios en un momento convulso en todo el mundo por el auge del fascismo.

Sin embargo, pronto se distanció de ese grupo y siguió su propio camino alejado de los "tres grandes" de la pintura mexicana: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

De ellos le disgustaba la frecuencia con que su arte contenía elementos políticos, algo que Soriano siempre evitó en sus trabajos.

"Uno no tiene que meter ideas en la mente de la gente a través del arte, porque comete el mismo error que las religiones que quieren establecer lo que debe ser bueno y malo", manifestó en la inauguración de una de sus exposiciones en Budapest.

Para este pintor, escultor, grabador y dibujante, "la obra de arte debe manifestar lo profundo del amor, de la muerte o de la vida, pero de ninguna manera el arte debe pretender dar lecciones ni hacer críticas, y tampoco debe ser un arte limitado por la nacionalidad", dijo.

Soriano también cultivó su faceta de poeta y perteneció al grupo de autores conocido como Los Contemporáneos, cuando se relacionó estrechamente con Octavio Paz, María Zambrano, Julio Cortázar y Carlos Fuentes.

Viajó por Italia y Grecia, donde se enriqueció con el Renacimiento, el Barroco y el arte clásico, micénico y cretense antes de trasladarse a París en 1975, alejando ya de los cánones.

Su trayectoria artística multiforme y ligada siempre a su vida cotidiana no se limitó a la pintura, ya que actuó igualmente sobre el grabado, la cerámica, la escultura en bronce y en barro y la escenografía, y aportó su visión en varios vestuarios teatrales.

Además, tuvo relación con el mundo de la interpretación, al lado de la pintora Leonora Carrington y de los poetas Octavio Paz y Juan José Arreola en el grupo Poesía en Voz Alta, quienes pusieron en contacto el teatro del Siglo de Oro con el teatro del absurdo, entonces desconocido en México.

En 1987 recibió el Premio Nacional de las Artes, en 2004 la condecoración de la Legión de Honor del Gobierno de Francia en el grado oficial, mereció una mención honorífica en el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer (Francia), la Orden al Mérito de la República de Polonia y fue el primer latinoamericano en sumarse en 2005 a la lista de los ganadores del Premio Velázquez de las Artes Plásticas concedido por el Ministerio de Cultura español.

Ahora, el Jardín Escultórico Juan Soriano puesto en marcha por su Fundación en Polonia aspira a acercar a este artista tapatío a un país lejano que, sin embargo, siempre le fue cercano y en el que siempre se sintió muy cómodo.

FRASES A DESTACAR

"La obra de arte debe manifestar lo profundo del amor, de la muerte o de la vida, pero de ninguna manera el arte debe pretender dar lecciones ni hacer críticas, y tampoco debe ser un arte limitado por la nacionalidad"

"Los pájaros me han fascinado desde siempre. Encierran todas las formas imaginables, todos los colores posibles y sus combinaciones… Y son capaces de volar, qué gran misterio".

Juan Soriano, pintor escultor, grabador y diseñador

CRÉDITOS: Informador Redacción / DJTG agosto 2, 2009

 

 

Tiene Juan Soriano su jardín en Polonia
Soriano    

Marek Keller, quien fue pareja de Soriano, impulsó la creación del espacio escultórico cerca de Varsovia.

Foto: Archivo

Esculturas de Soriano han 'poblado' parque en Owczarnia

Pawel Smolenski

Varsovia,  Polonia (18 agosto 2009).- La figura más grande en aquella fotografía es Juan Carlos. Pero no cabe duda de que fue tomada en consideración al Rey de España. El más importante aquí es un hombre bajo, frágil, canoso – es Juan Soriano (1920-2006), escultor y pintor, quien hoy cumpliría 89 años; sus obras están en los más grandes museos de muchos continentes, y ahora en el recién inaugurado Jardín de las Esculturas, a las afueras de Varsovia.

El monarca le tiende el brazo; casi físicamente percibimos la admiración y respeto con los cuales auxilia al anciano artista. El Rey y el escultor fueron fotografiados durante la entrega en 2005 del Premio Velázquez, el más importante que España otorga en la categoría de Artes Plásticas.

Si hurgamos los archivos encontraremos también otras fotografías. Los cuartos del departamento en París (en un desorden artístico, pero también con el aire de una cabaña de campo) y el patio de la casa en México (una palmera y unas arbustivas higueras). Ciudades en Estados Unidos e Italia. Una playa en algún lugar de México, Guadalajara, Monterrey. Una calle de Varsovia, China, Corea. Todo el mundo se refleja en estas fotos.

Hay entre ellas recuerdos de reuniones de amigos y retratos oficiales con Presidentes y Primeros Ministros; con artistas, escritores, con Premios Nobel. Hay fotos tomadas en grandes salones y en la intimidad del hogar. Aparte de los retratos de Juan Soriano vemos a Marek Keller.

Owczarnia es un pueblo cerca de Varsovia rodeado por bosques, con campos cubiertos de mala hierba, caminos llenos de baches y casas más bien modestas. Hasta la Primera Guerra Mundial, en los límites del pueblo se hallaba una mansión en medio de un parque. Todo lo que quedaba de la propiedad era la casa del administrador, heniles arruinados, matorrales, ortigas y estanques cubiertos de hierbas.

Hace unos años, Marek Keller dijo durante alguna cena que soñaba con un lugar tranquilo cerca de Varsovia. Y la elección recayó en el descuidado y ortigal pueblo de Owczarnia.

Owczarnia hoy: los senderos del parque cubiertos con grava blanca, estanques limpios, la casa del administrador renovada y el henil blanqueado con un nuevo techo de cristal. Es un lugar extraordinario. Bajo tilos viejos se encuentran esculturas de varios metros de altura que no encontraremos en otro punto del paisaje de la provincia polaca de Mazowsze. Es una vista muy singular. Marek le explicaba a Soriano como a un niño, que los pájaros salen del cascarrón del huevo. Y Juan le respondía que según él sabía, así sólo llegaban al mundo las gallinas comunes.

"No sé si a Juan le gustaría este parque", dice Keller, "pero tuve la convicción de que se lo debía, que quería un parque y una galería así".

¿Y por qué lo hace?

Para que Juan tenga un pedazo de su Polonia.

A Owczarnia llegan grupos de niños. Marek reparte papel y lápices de colores y los niños dibujan las esculturas de Juan Soriano. Los dibujos formaran algún día una exposición. ¿Y por qué no, si los niños dibujan hermoso?

Sucede también en Owczarnia que los grupos caminan entre las esculturas y sus pedagogos susurran: "no toques, no se puede tocar".

Keller interviene: "Hay que tocar, sólo así la escultura cobra vida". Soriano decía que una escultura sin el tacto es la mitad de escultura. Así, ahora en Owczarnia reina Juan; y eso, a Marek le agrada mucho.

Traducido por Marcin Zurek

Encuentro en París

Marek Keller salió de Polonia a principios de los años 70, llevando consigo un puñado de recuerdos. De Piaseczno viajó a Varsovia en un tren ligero cuyos vagones se calentaban en el invierno con el carbón gracias a unos calentadores especiales.

Pagó el primer plazo para un departamento en la Polonia socialista. Pero ¿qué se le puede hacer si le gustaba cada vez más la vida en el Oeste? Se fue a París, donde traducía las solicitudes de los inmigrantes del Este que buscaban asilo.

El consejero cultural de la Embajada Mexicana en París entonces era Sergio Pitol, a quien Keller había conocido en Varsovia, y el jefe era Carlos Fuentes; los dos estaban emocionados porque de Roma iba a París su amigo Juan Soriano. De Roma, porque se había sentido fastidiado de México, y la masacre de los estudiantes en 1968 lo llenó de repugnancia y terror.

 

Ya en París, Soriano conoció a Marek, y Juan le contaba que prefería Matisse que Picasso; le hablaba de Guadalajara, ciudad hermosa y sofocante, donde tras las cortinas cerradas la gente cometía toda suerte de pecados, pero guardaban las apariencias tartufianas de una devoción ostensible, pues ¿qué pensaría la gente? Años más tarde Juan diría que Guadalajara es la Cracovia mexicana. Sólo las ancianas de Guadalajara fumaban cigarrillos en público y tomaban tequila, porque ya les daba igual.

Evocó también la boda de Celia Chávez en 1960 donde él, ya siendo un artista reconocido, estaba borracho como una uva, se acercó al general Lázaro Cárdenas y lo invitó a bailar. El ex Presidente recurrió al sentido de humor y contestó que no conocía esa pieza.

En París, Soriano reveló a Keller una obsesión que se esconde tras muchas esculturas. Cuando era niño, su padre le entregó una pistola y le ordenó que apuntara y disparara. En Guadalajara hasta los niños debían ser machos. Por accidente, Juan mató a un pájaro. Enfermó varios días. Por siempre se le quedó grabado. Nunca hablaron de ello, pero Marek tiene la certeza de que los pájaros – uno de los motivos principales en la obra de Juan – constituyen una forma de expiación por aquella muerte absurda.

"Caminábamos sin cesar por las calles de París", recuerda Marek "y no parábamos de platicar. Juan sería mi compañero por más de 30 años"
MURAL agosto 18,2009

 

Fallecido en 2006, el notable escultor, pintor y dibujante cumpliría 89 años

El jardín escultórico de Soriano en Polonia será centro cultural

La idea es promover el arte mexicano en ese país europeo, adelanta Marek Keller

Tenía necesidad de hacer algo por y para Juan, manifiesta quien fue compañero del artista

Obras del artista mostradas en lo que fue un graneroFoto cortesía de Marek Keller

Merry MacMasters

 

El Jardín Escultórico Juan Soriano, abierto al público el pasado 19 de junio en Owezarnia, Podkowa Lesna, Polonia, es un proyecto que se creó para saldar una deuda íntima de Marek Keller con el fallecido artista, quien hoy cumpliría 89 años.

Sin embargo, después de ver el interés generado es posible que funcione como una especie de “centro cultural’ para promover el arte mexicano en ese país europeo.

“Al principio –explica Keller, compañero de Soriano (1920-2006)– tenía la necesidad interior de hacer algo por y para Juan; un poco por todo lo maravilloso que hizo para mí en México. Cuando vi ese lugar fuera de lo común, siete hectáreas de naturaleza extraordinaria, de inmediato me imaginé sus esculturas allí.

Después, poco a poco, hablé con el embajador de México en Polonia, Raphael Steger; luego, tras hacerlo aquí con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el proyecto empezó a cobrar mayor importancia. Al ver el interés de muchos y las ganas de colaborar de la SRE, pues el jardín escultórico sí ha tomado un perfil más relevante.

El predio cuenta con 14 esculturas monumentales en bronce, emplazadas al aire libre y una cantidad semejante, pero en formato más pequeño, dentro de la galería, ubicada en un granero que fue rehabilitado. También hay fotomurales de las grandes obras del artista que ocupan lugares públicos.

Keller montó las piezas sobre cajas de empaque habilitadas para servir de bases y, como el lugar está rodeado de árboles y de un par de lagos, no pretende tener una galería chic ni elegante.

Al cabo de unos meses de exhibición en Owezarnia, Keller tiene la idea de que las obras de la galería se muestren en varios museos de Polonia, así como en algunos países europeos.

De esta manera en la galería se podrá presentar obra de otros artistas mexicanos, con ayuda del área cultural de la SRE y la embajada de México en Polonia.

El entrevistado ya habló al respecto con Marie-Jo Paz, viuda de Octavio Paz, quien tiene una exposición itinerante de collages. También ha pensado en el escultor Jorge González, colaborador de Soriano, quien imparte cursos sobre escultura en bronce y fundición en Austria. La idea es montar dos o tres muestras al año.

Muchos proyectos

Marek Keller todavía tiene muchos proyectos en torno a la obra de Soriano. Ahora que se debe pensar en cosas prácticas por la crisis económica, se plantea una exposición en la galería de Polonia de cinco grandes tapices del artista, junto con las fotografías de Juan trabajándolos en el taller de gobelinos, en Guadalajara. Otra muestra podría ser con dibujos.

Dedicar un parque en Europa a un artista latinoamericano no es algo común. No obstante, el Jardín Escultórico Juan Soriano, creado con fondos personales de Keller, ha tenido una respuesta inusitada. Y aunque la gran puerta de entrada permanece cerrada, los interesados en visitarlo hablan para decir: quiero pasar mañana, somos tantas personas: 10, 15 o una familia. ¿Podemos ir? Una pareja que vive en el conjunto abre la puerta y les dice por dónde ir y qué visitar.

Se puede caminar por todos lados, tocar las esculturas, porque eso a Juan le encantaba, y después ver la exposición de la galería, apunta el también responsable de la Fundación Juan Soriano y Marek Keller.

En los dos meses que lleva abierto el jardín ha habido una afluencia constante de visitantes y en especial de niños. “Les pongo papel y lápices para dibujar. También esculpen con plastilina. Estoy feliz viendo todo esto.

Surgen muchas preguntas sobre México, las esculturas y el arte mexicano. El jardín provoca interés, por supuesto, por el mismo Soriano, porque tampoco es un artista tan conocido a escala mundial como Diego Rivera, Frida Kahlo o David Alfaro Siqueiros. Pero por medio de Juan se suscita interés por México, algo que también es mi intención.

Krystyna Janda, actriz fetiche del director Andrzej Wadja, amiga de Keller y quien conoció a Soriano, fue la madrina del jardín.

El entrevistado indica que cuando las personas entran al jardín, lo primero que preguntan es: ¿dónde podemos pagar? Entonces les dice: es una propiedad privada y ustedes son mis invitados.

LA JORNADA agosto 18, 2009