Un bucólico jardín para los pájaros de Juan
Soriano A lo largo de su trayectoria,
Juan Soriano trabajó todo el bestiario de aves. EL INFORMADOR
Las esculturas del artista
tapatío hacen de la localidad de Owczarnia, a unos
cuantos kilómetros de Varsovia, un museo al aire libre GUADALAJARA, JALISCO.- Cuando Juan Soriano (Guadalajara,
1920-Ciudad de México, 2006) era niño vivió una experiencia que le marcó de manera
determinante, al menos así lo refleja parte de su obra como pintor y
escultor. Su padre, "un hombre muy machista", como él mismo lo
definía, le alentaba a forjarse en las actividades y comportamientos propios
de hombres. Para este fin, le regaló una pistola. Con ella, casi sin saber
por qué, el niño, un buen día, disparó a un pájaro. Durante las horas
siguientes no paró de llorar. CRÉDITOS:
Informador Redacción / DJTG agosto 2, 2009 |
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Tiene Juan Soriano su jardín en Polonia Marek Keller, quien fue pareja de Soriano, impulsó la creación
del espacio escultórico cerca de Varsovia. Foto: Archivo Esculturas de Soriano han 'poblado' parque en Owczarnia Pawel Smolenski Varsovia,
Polonia (18 agosto 2009).- La figura más grande en
aquella fotografía es Juan Carlos. Pero no cabe duda de que fue tomada en consideración al Rey de España. El más
importante aquí es un hombre bajo, frágil, canoso – es Juan Soriano
(1920-2006), escultor y pintor, quien hoy cumpliría 89 años; sus obras están
en los más grandes museos de muchos continentes, y ahora en el recién
inaugurado Jardín de las Esculturas, a las afueras de Varsovia. El monarca le tiende el brazo; casi físicamente
percibimos la admiración y respeto con los cuales auxilia al anciano artista.
El Rey y el escultor fueron fotografiados durante la entrega en 2005 del
Premio Velázquez, el más importante que España
otorga en la categoría de Artes Plásticas. Si hurgamos los archivos encontraremos también otras
fotografías. Los cuartos del departamento en París (en un desorden artístico,
pero también con el aire de una cabaña de campo) y el patio de la casa en
México (una palmera y unas arbustivas higueras). Ciudades en Estados Unidos e
Italia. Una playa en algún lugar de México, Guadalajara, Monterrey. Una calle
de Varsovia, China, Corea. Todo el mundo se refleja en estas fotos. Hay entre ellas recuerdos de reuniones de amigos y
retratos oficiales con Presidentes y Primeros Ministros; con artistas,
escritores, con Premios Nobel. Hay fotos tomadas en
grandes salones y en la intimidad del hogar. Aparte de los retratos de Juan
Soriano vemos a Marek Keller. Owczarnia es un
pueblo cerca de Varsovia rodeado por bosques, con campos cubiertos de mala
hierba, caminos llenos de baches y casas más bien modestas. Hasta la Primera
Guerra Mundial, en los límites del pueblo se hallaba una mansión en medio de
un parque. Todo lo que quedaba de la propiedad era la casa del administrador,
heniles arruinados, matorrales, ortigas y estanques cubiertos de hierbas. Hace unos años, Marek Keller dijo durante alguna cena que soñaba con un lugar
tranquilo cerca de Varsovia. Y la elección recayó en el descuidado y ortigal
pueblo de Owczarnia. Owczarnia hoy: los
senderos del parque cubiertos con grava blanca, estanques limpios, la casa
del administrador renovada y el henil blanqueado con un nuevo techo de
cristal. Es un lugar extraordinario. Bajo tilos viejos se encuentran
esculturas de varios metros de altura que no encontraremos en otro punto del
paisaje de la provincia polaca de Mazowsze. Es una
vista muy singular. Marek le explicaba a Soriano
como a un niño, que los pájaros salen del cascarrón del huevo. Y Juan le
respondía que según él sabía, así sólo llegaban al mundo las gallinas
comunes. "No sé si a Juan le gustaría este parque",
dice Keller, "pero tuve la convicción de que
se lo debía, que quería un parque y una galería así". ¿Y por qué lo hace? Para que Juan tenga un pedazo de su Polonia. A Owczarnia llegan grupos
de niños. Marek reparte papel y lápices de colores
y los niños dibujan las esculturas de Juan Soriano. Los dibujos formaran
algún día una exposición. ¿Y por qué no, si los niños dibujan hermoso? Sucede también en Owczarnia
que los grupos caminan entre las esculturas y sus pedagogos susurran:
"no toques, no se puede tocar". Keller
interviene: "Hay que tocar, sólo así la escultura cobra vida".
Soriano decía que una escultura sin el tacto es la mitad de escultura. Así,
ahora en Owczarnia reina Juan; y eso, a Marek le agrada mucho. Traducido por Marcin Zurek Encuentro en París Marek Keller salió de Polonia a principios de los años 70,
llevando consigo un puñado de recuerdos. De Piaseczno
viajó a Varsovia en un tren ligero cuyos vagones se calentaban en el invierno
con el carbón gracias a unos calentadores especiales. Pagó el primer plazo para un departamento en la
Polonia socialista. Pero ¿qué se le puede hacer si le gustaba cada vez más la
vida en el Oeste? Se fue a París, donde traducía las solicitudes de los
inmigrantes del Este que buscaban asilo. El consejero cultural de la Embajada Mexicana en
París entonces era Sergio Pitol, a quien Keller había conocido en Varsovia, y el jefe era Carlos
Fuentes; los dos estaban emocionados porque de Roma iba a París su amigo Juan
Soriano. De Roma, porque se había sentido fastidiado de México, y la masacre
de los estudiantes en 1968 lo llenó de repugnancia y terror. Ya en París, Soriano conoció a Marek,
y Juan le contaba que prefería Matisse que Picasso; le hablaba de Guadalajara, ciudad hermosa y
sofocante, donde tras las cortinas cerradas la gente cometía toda suerte de
pecados, pero guardaban las apariencias tartufianas
de una devoción ostensible, pues ¿qué pensaría la gente? Años más tarde Juan
diría que Guadalajara es la Cracovia mexicana. Sólo las ancianas de
Guadalajara fumaban cigarrillos en público y tomaban tequila, porque ya les
daba igual. Evocó también la boda de Celia Chávez en 1960 donde
él, ya siendo un artista reconocido, estaba borracho como una uva, se acercó
al general Lázaro Cárdenas y lo invitó a bailar. El ex Presidente recurrió al
sentido de humor y contestó que no conocía esa pieza. En París, Soriano reveló a Keller
una obsesión que se esconde tras muchas esculturas. Cuando era niño, su padre
le entregó una pistola y le ordenó que apuntara y disparara. En Guadalajara
hasta los niños debían ser machos. Por accidente, Juan mató a un pájaro.
Enfermó varios días. Por siempre se le quedó grabado. Nunca hablaron de ello,
pero Marek tiene la certeza de que los pájaros –
uno de los motivos principales en la obra de Juan – constituyen una forma de
expiación por aquella muerte absurda. "Caminábamos sin cesar por las calles de
París", recuerda Marek "y no parábamos de
platicar. Juan sería mi compañero por más de 30 años" |
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Fallecido en 2006, el notable escultor, pintor y dibujante cumpliría
89 años
El jardín
escultórico de Soriano en Polonia será centro cultural La idea es promover el arte mexicano en ese país europeo, adelanta Marek Keller Tenía necesidad de hacer algo por y para Juan, manifiesta quien fue
compañero del artista Obras
del artista mostradas en lo que fue un graneroFoto
cortesía de Marek Keller Merry MacMasters El Jardín Escultórico Juan
Soriano, abierto al público el pasado 19 de junio en Owezarnia,
Podkowa Lesna, Polonia,
es un proyecto que se creó para saldar una deuda íntima de Marek Keller con el fallecido
artista, quien hoy cumpliría 89 años. Sin embargo, después de ver el
interés generado es posible que funcione como una especie de “centro
cultural’ para promover el arte mexicano en ese país europeo. “Al principio –explica Keller, compañero de Soriano (1920-2006)–
tenía la necesidad interior de hacer algo por y para Juan; un poco por todo
lo maravilloso que hizo para mí en México. Cuando vi
ese lugar fuera de lo común, siete hectáreas de naturaleza extraordinaria, de
inmediato me imaginé sus esculturas allí. Después, poco a poco, hablé con
el embajador de México en Polonia, Raphael Steger; luego, tras hacerlo aquí con la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE), el proyecto empezó a cobrar mayor importancia.
Al ver el interés de muchos y las ganas de colaborar de la SRE, pues el
jardín escultórico sí ha tomado un perfil más relevante. El predio cuenta con 14
esculturas monumentales en bronce, emplazadas al aire libre y una cantidad
semejante, pero en formato más pequeño, dentro de la galería, ubicada en un
granero que fue rehabilitado. También hay fotomurales
de las grandes obras del artista que ocupan lugares públicos. Keller montó las piezas sobre cajas de
empaque habilitadas para servir de bases y, como el lugar está rodeado de
árboles y de un par de lagos, no pretende tener una galería chic ni elegante. Al cabo de unos meses de
exhibición en Owezarnia, Keller
tiene la idea de que las obras de la galería se muestren en varios museos de
Polonia, así como en algunos países europeos. De esta manera en la galería se
podrá presentar obra de otros artistas mexicanos, con ayuda del área cultural
de la SRE y la embajada de México en Polonia. El entrevistado ya habló al
respecto con Marie-Jo Paz, viuda de Octavio Paz,
quien tiene una exposición itinerante de collages.
También ha pensado en el escultor Jorge González, colaborador de Soriano,
quien imparte cursos sobre escultura en bronce y fundición en Austria. La
idea es montar dos o tres muestras al año. Muchos proyectos Marek Keller
todavía tiene muchos proyectos en torno a la obra de Soriano. Ahora que se
debe pensar en cosas prácticas por la crisis económica, se plantea una
exposición en la galería de Polonia de cinco grandes tapices del artista,
junto con las fotografías de Juan trabajándolos en el taller de gobelinos, en
Guadalajara. Otra muestra podría ser con dibujos. Dedicar un parque en Europa a un
artista latinoamericano no es algo común. No obstante, el Jardín Escultórico
Juan Soriano, creado con fondos personales de Keller,
ha tenido una respuesta inusitada. Y aunque la gran puerta de entrada
permanece cerrada, los interesados en visitarlo hablan para decir: quiero
pasar mañana, somos tantas personas: 10, 15 o una familia. ¿Podemos ir? Una
pareja que vive en el conjunto abre la puerta y les dice por dónde ir y qué
visitar. Se puede caminar por todos lados,
tocar las esculturas, porque eso a Juan le encantaba, y después ver la
exposición de la galería, apunta el también responsable de la Fundación Juan
Soriano y Marek Keller. En los dos meses que lleva
abierto el jardín ha habido una afluencia constante de visitantes y en
especial de niños. “Les pongo papel y lápices para dibujar. También esculpen
con plastilina. Estoy feliz viendo todo esto. Surgen muchas preguntas sobre
México, las esculturas y el arte mexicano. El jardín provoca interés, por
supuesto, por el mismo Soriano, porque tampoco es un artista tan conocido a
escala mundial como Diego Rivera, Frida Kahlo o
David Alfaro Siqueiros. Pero por medio de Juan se
suscita interés por México, algo que también es mi intención. Krystyna Janda,
actriz fetiche del director Andrzej Wadja, amiga de Keller y quien
conoció a Soriano, fue la madrina del jardín. El entrevistado indica que cuando
las personas entran al jardín, lo primero que preguntan es: ¿dónde podemos
pagar? Entonces les dice: es una propiedad privada y ustedes son mis invitados. LA JORNADA agosto 18, 2009 |