Tres décadas de color en el Musa

Lucía Maya devela su interior



• Lucía Maya ofrece, a través de 65 cuadros, un acercamiento a su desarrollo en la creación plástica. El Museo de las Artes rinde un homenaje a sus 30 años de trayectoria.

 

El Museo de las Artes de la UdeG alberga desde hoy y hasta el próximo 26 de marzo una retrospectiva de la artista plástica Lucía Maya, que abarca de 1975 a 2005. La muestra se titula Veladuras de la memoria

 

 

Lucía Maya se desdobla en 65 obras, se tiñe de colores y transforma su cuerpo en figuras bidimensionales, transita de uno a otro paraje, de una a otra técnica, de un sentimiento a otro y se queda por siempre en el recuerdo de quien la observa.
Así ha sido durante años... décadas: tres, que se exhiben desde hoy en el Museo de las Artes (Musa), de la Universidad de Guadalajara, en Veladuras de la memoria, una retrospectiva de 1975 a 2005.
“Es resultado de lo que uno lleva adentro”, comentó la artista en conferencia de prensa, enmarcada por cuadros en diferentes formatos, con colores tenues e intensos.
“No creo en la inspiración, creo en el trabajo continuo, porque el mío es un reflejo de todas mis vivencias”, agregó.
Y es que las imágenes de Lucía Maya poco tienen que ver con las musas -aunque ha tenido durante largo tiempo a una-, pues son los sentimientos y sensaciones que fluyen por su cuerpo y mente, y seguramente también por sus venas, los que dan origen a cada uno de los cuadros, independientemente de la técnica que maneje en ellos.
La muestra, con la que el Musa honra a una de las artistas que contribuyen con su obra a enriquecer su colección, recupera la memoria de Maya ante sus seguidores y nuevos descubridores, con el propósito de recorrer con la pintora su historia en la plástica.
Para Isis Aceves (hija de la artista y al mismo tiempo uno de los personajes constantes en la obra) la selección de la piezas para la exposición no fue una tarea fácil.
“La hicimos pensando de manera que no se viera un cliché. Hicimos el guión temático a partir de los personajes”.
Lo anterior tiene que ver con que durante mucho tiempo pensar en Lucía Maya equivalía a reflexionar en lunas y muñecas, no obstante que su obra fuera mucho más que eso, así que lo que Aceves hizo fue echarse un clavado en el trabajo de su madre en busca de esas otras figuras que también la definen.
“Hacer la selección y recogerla fue como encontrarme conmigo misma, porque salgo en muchos cuadros. Es ver todo lo que pasó alrededor mientras crecía”, puntualizó.
Además de los 22 óleos, 15 dibujos, siete grabados, 15 digitales, cinco mixtas y una placa, los asistentes a la exposición podrán ver a la artista y sus pensamientos en una serie de cuadernos, así como algunos videos que dan cuenta de su 25 aniversario y las acciones plásticas que la han acompañado durante su carrera.

Ver, escuchar y sentir

Si bien la obra de Lucía Maya se puede ver y sentir fácilmente, también cabe la posibilidad de escucharla de dos maneras: a través del pensamiento del observador y de una forma más real e incluso tangible, en vivo y a todo color.
Y es que a la artista le ha gustado despertar las imágenes de su obra y presentarlas en carne y hueso a sus espectadores. Esto lo logra con las “acciones plásticas” que convocan otras disciplinas del arte, como la música, la danza y la voz.
Para no fallar a la tradición, Maya ha preparado (para esta noche) junto con la soprano María Luisa Tamez, el pianista y contratenor Héctor Sosa; la cantante Raquel Palacios y la bailarina Beatriz Cruz, un breve espectáculo que proveerá a los asistentes de un encuentro diferente con la obra.
“Es una mezcla de varias técnicas utilizando personajes de los cuadros. Después entran (los espectadores) con otra motivación a ver los cuadros. La acción plástica hace que la gente se vaya clavando en la obra”, expresó Maya.
Para el boricua Armando Viota, representante y “galero” de la pintora, las acciones plásticas son “excesivamente importantes en estas exposiciones”, pues aseguró que se desarrolla un encuentro distinto con las piezas expuestas.
A pesar de que Veladuras de la memoria es una muestra que abarca toda la carrera de Lucía Maya, la verdad es que no se podrá ver absolutamente todo su trabajo, pues de la exposición se han excluido las últimas obras de la artista.
“Estoy haciendo cuadros diferentes a lo que traje aquí, en lo que tiene que ver con el color son más agresivos”, explicó.
Pero eso que es más actual se irá a un festival de arte latinoamericano que se realiza en Miami y al cual solamente son invitadas 40 galerías, entre las cuales está la de Viota y por supuesto la obra de Maya.

 

 

 

 

 

MURAL

foto Roberto Antillón

 

Develan a Lucía Maya

 

Cantantes, músicos y bailarines efectuarán una acción plástica durante el evento

 

Corina Preciado

 

MURAL Guadalajara,  México (15 febrero 2006).- Si 20 años no son nada, como dice la canción, 30 sí, cuenta la pintora Lucía Maya, quien mañana a las 20:30 horas inaugura la exposición "Veladuras de la Memoria".

 

El Museo de las Artes es la sede de esta retrospectiva que abarca de 1975 al 2005.

 

"El título de esta retrospectiva me pareció acertado por lo siguiente: en la técnica del óleo se trabaja a través de transparencias llamadas técnicamente veladuras, explica Maya en un texto escrito para la muestra.

 

"Igual que en el sicoanálisis hay que volver y volver a un mismo asunto para finalmente develarlo y trasladarlo a la ortega del infinito".

 

Isis Aceves, hija de la creadora, seleccionó las piezas.

 

En "Veladuras de la Memoria" se podrán ver 22 óleos, 15 piezas digitales, 7 grabados, 5 obras mixtas, 15 dibujos, una placa, 5 libros de artistas y un video.

 

Durante la inauguración, cantantes, músicos y bailarines efectuarán una acción plástica al representar el cuadro "El Éxodo".

 

"Veladuras de la Memoria" podrá visitarse hasta el 26 de marzo en Avenida Juárez número 975.

 

 


 

PÚBLICO

 

Rompen corazón de Lucía Maya

Los asistentes al Museo de las Artes se entremezclaron

 con los personajes de la imaginación de Maya.
Foto: Roberto Antillón


Corina Preciado

MURAL Guadalajara,  México (17 febrero 2006).- Una novia con un vestido blanco e inmenso, un barco de papel listo para llevarse a la tripulación de viaje, una sirena y una madre ataviada de negro salieron del cuadro "El Éxodo" de Lucía Maya.

Los personajes cobraron vida en la acción plástica con la que se inauguró el jueves por la noche "Veladuras de la Memoria", la exposición de Maya en el Museo de las Artes.

El patio del edificio sirvió de puerto para que el espectáculo zarpara.

Los asistentes se arremolinaron alrededor para tratar de ver, aunque fuera sólo una parte, de las actuaciones de los músicos y bailarines congregados.

Al centro una bailarina arrastraba con el cuello una calaca como una figura prófuga del cuadro de Maya y un pianista sacaba de las teclas las notas de melodías como La Habanera.

A los lados era una lucha para tener la mejor visión entre los asistentes.

Maya misma permanecía atenta y de vez en cuando hacia alguna petición a los presentes como la de apagar los celulares, que en momentos timbraron.

Desde el segundo piso la soprano María Luisa Tamez le dio voz a la acción plástica. Primero ataviada con un virginal vestido de novia y luego transformada en vampiresa con un traje rojo.

Fue así como bajó empuñando un cuchillo con el que rasgó el corazón pintado sobre una tela que marcaba la inauguración de "Veladuras de la Memoria".

Tras el corazón despedazado surgió una sirena, interpretada por Raquel Palacios, cantando un son jarocho tradicional titulado "La Petentera", como otro personaje más que por una noche se escapó de los lienzos de la artista tapatía.