GONZÁLEZ SERRANO. EL HECHICERO

 LA OBRA DEL GRAN MAESTRO DEL SURREALISMO LATINOAMERICANO

 

Claudia Quintana

"Las dimensiones artísticas de Manuel González Serrano son las mismas de los grandes artistas mexicanos. La suya fue la pintura practicada como pasión, realizada con un perfeccionismo que contenía la libertad que da la locura, en una exaltación de los sentimientos y las pasiones, con los cuales desarrolló una estética fundamentada en el color", afirmó el coleccionista Ricardo Pérez Escamilla, durante la conferencia de prensa donde fueron dados a conocer los detalles de la exposición Manuel González Serrano. El hechicero, que se exhibirá a partir del 3 de marzo en las salas Jorge González Camarena, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo del Museo del Palacio de Bellas Artes.

Durante el acto, realizado en el Área de murales del Museo del Palacio de Bellas Artes, participaron Agustín Arteaga, director del recinto, Raquel Tibol, crítica de arte, y el curador de la exposición, Ricardo Pérez Escamilla, quien aseguró que la vasta colección de obras del artista jalisciense —que por primera vez se presentan en una exposición retrospectiva y antológica— "es una síntesis de su vida y su estética. Con esta gran exposición, el Instituto Nacional de Bellas Artes aporta una obra graficada al arte universal".

La exposición Manuel González Serrano. El hechicero, es organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en colaboración con el Instituto Cultural Cabañas y la Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, en un intento por dar a conocer a un amplio público nacional y extranjero, una obra de gran calidad pictórica que fue recopilada por Pérez Escamilla desde su juventud, y que desde hace dos años representa un esfuerzo coordinado por el INBA, a fin de revalorar la obra de uno de los mejores artistas mexicanos, considerado también por Raquel Tibol como "el gran maestro del surrealismo latinoamericano".

En ese sentido, la especialista comentó que Manuel González Serrano marcó un hito en el arte de la segunda mitad del siglo XX, al realizar con destreza y preciosismo sin igual, más de 600 obras que conforman la producción total de este pintor, que recurrentemente fue internado en hospitales siquiátricos.

"Esto da cuenta —aseguró Tibol— de que éste fue un pintor de tiempo completo y que, aun en su enfermedad, realizó un arte sin igual que se muestra ampliamente en esta exposición, conformada por 120 obras entre paisajes, autorretratos, naturalezas muertas y sus famosos Cristos de todos los rostros, que realizó en diversas técnicas, de las cuales quizá la más sorpresiva y poco común sea la de pastel sobre seda".

En su oportunidad, Agustín Arteaga dijo que esta exposición, que da inicio a las actividades que durante este año tiene programadas el Museo del Palacio de Bellas Artes, "es un esfuerzo de descentralización de las instituciones culturales por difundir la obra de un artista determinante en el arte mexicano, porque significa un redescubrimiento y un encuentro entre el público y este gran pintor".

Fue en 1949 cuando Ricardo Pérez Escamilla adquirió un cuadro de González Serrano. Se trata de un autorretrato realizado con impresionante realismo al cual subtituló El hechicero "por el misticismo que tiene en sus conceptos y técnicas sólo comparable, también en su dramática existencia, con Vincent Van Gogh".

Este primer contacto con el pintor, despertó en Pérez Escamilla el deseo de recopilar la numerosa obra de este pintor maldito, el cual —dice el coleccionista— posee una analogía entre lo que fue su paisaje interno y sus conductas frente a la vida. Su obra tiene la locura de la capacidad plástica, influida por artistas europeos como Caravaggio y la pintura metafísica de Chirico y Salvador Dalí. Asimismo, agregó, González Serrano admiró el arte de Manuel Rodríguez Lozano, Juan O´Gorman, Frida Kahlo, Juan Soriano, Remedios Varo y Leonora Carrington.

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