Diálogos con:

Vasily Kandinsky (1866-1944) Moscú, Rusia

Henri Matisse (1869-1954) Le Cateau-Cambrésis, Francia

Kasimir Malevich (1878-1935) Kiev, Ucrania

Pablo Picasso (1881-1973) Málaga, España

Kurt Schwitters (1887-1948) Hannover, Alemania

Marcel Duchamp (1887-1968) Blainville-sur-Crevon, Francia

Jackson Pollock (1912-1956) Cody, E.U.A.            

Joseph Beuys (1921-1986) Krefeld, Alemania

Andy Warhol (1928-1987) Pittsburgh, E.U.A.

Cy Twombly (1928) Lexington, E.U.A.

Jasper Johns (1930) Augusta, E.U.A.

Robert Ryman (1930) Nashville, E.U.A.

Gabriel Orozco (1962) Xalapa, México

 

Diálogos.  

Exposición julio 2008.

 

Esta exposición es resultado del estudio y revisión del arte del siglo XX que he estado haciendo en los últimos dos años.  Me propuse hacer diálogos con los artistas que hicieron aportaciones fundamentales, principalmente al arte abstracto y conceptual, o que nos dieron nuevos elementos, a los pintores que les hemos seguido, para hacer más amplia nuestra gama de recursos de expresión.  Es importante recalcar que estos recursos son fundamentales y aún vigentes en el arte contemporáneo.  En otros casos, escogí al artista simplemente por el gusto de hacer este ejercicio con ellos.  Mi acercamiento fue a través de ver la mayor cantidad posible de su obra y de estudiar sus biografías o ensayos escritos sobre su trabajo, no con la intención de hacer un homenaje, sino de realmente intentar un diálogo en el que el resultado no fuera una copia de su obra, ni una pintura hecha a su manera (D’après), sino una colaboración entre dos manos y dos aproximaciones distintas al arte.

 

Al iniciar cada pieza, procuré utilizar recursos diferentes y no seguir una fórmula que pudiera haberme hecho el trabajo poco interesante y repetitivo.  En general, empezaba el trabajo con una idea más o menos clara, pero sobre la marcha, al concentrarme en lo que estaba haciendo, encontraba otras formas de aproximación que me daban nuevas lecturas.  Así es que cada cuadro u objeto tiene lecturas muy variadas y se puede interpretar de diferentes maneras por el observador. Voy a hacer, a continuación, una breve explicación sobre la manera en que me acerqué a cada artista.

 

Construcción 1.- En el diálogo con Jasper Johns, el primero de la serie, tomé un cuadro suyo que me gusta y lo recompuse en tamaño muy pequeño -concentrando la imagen-, utilizando mis pinceladas, mi gama de colores y mis temas; lo pinté con óleo y grafito, como una prueba de materiales y estilos, sobre una tabla de cedro preparada con yeso muerto pulido que dejé visible en algunas partes.  

Construcción 2.- En el diálogo con Pablo Picasso hice un acercamiento, literalmente, de un cuadro suyo de la época del cubismo analítico: seleccioné una sección y la amplifiqué.  Lo pinté sobre una tabla de cedro cortada y montada a la manera de un icono y preparada con yeso muerto pulido, copiando cada pincelada (que hice casi transparente usando el blanco del fondo como luz). Al terminar, puse un escarabajo rinoceronte, tamaño natural, pintado de forma muy realista caminando sobre el cuadro.  Éste es una referencia al juego que seguían tanto él como Braque, en el que ponían un clavo o un detalle pintado fuera de la composición general para hacer una reflexión sobre la bidimensionalidad de la pintura.

Construcción 3.- El diálogo con Gabriel Orozco lo pinté sobre una tabla de cedro cortada y montada a la manera de un icono, preparada con una resina transparente para mantener visible la madera.  Cambié el formato y usé el juego de círculos que él usa en su serie de árboles, con el movimiento del caballo de ajedrez, pero sólo en blanco, negro y gris. A la inversa de algunas de sus obras en la que pinta círculos u óvalos sobre imágenes figurativas, yo pinté la imagen dentro del círculo, usando como textura gris un bosque, pensando en que pintaba el bosque del que se extraen maderas que usamos después para hacer pinturas sobre bosques…

Construcción 4.- En el diálogo con Jackson Pollock, cambié completamente la aproximación.  Copié uno de sus esmaltes, con el mismo formato, pero no a su manera (action-painting) sino en lenguaje pictórico (painting): con la tela puesta en el caballete vertical, con pincel y óleo.  La imagen es tan interesante y tan representativa del expresionismo abstracto, que el método utilizado para lograrla resulta irrelevante.  

Construcción 5.- En el diálogo con Kasimir Malevich usé un lino preparado natural y sobrepuse las imágenes de un cuadro suyo (círculo negro) y uno mío (selva de lluvia), a la manera de una fotografía de doble exposición.  El blanco lo trabajé con pinceladas muy ligeras usando el color de lino como el valor más oscuro.

Construcción 6.- Para llegar a un diálogo con Henri Matisse tuve algunos problemas, como la facilidad con la que podía hacer un cuadro meramente decorativo.  Después de varios intentos de aproximación decidí seleccionar y representar cuatro temas que manejó con gran talento: el uso de planos de color, que ha influenciado a tantos artistas (como a Mark Rothko quien reconocía que su manera de pintar cambió a partir de haber visto el cuadro Estudio rojo de Matisse), los patrones de telas, su línea y sus siluetas.

Construcción 7.- En el diálogo con Marcel Duchamp quise mostrar el libre uso que hacía de objetos y medios combinados.  Usé una cajita desplegable, que al abrirla se transforma en un pequeño biombo, y en ella pinté un cosmos: un paisaje nocturno, con un árbol iluminado de manera sobrenatural, un cielo con la Vía Láctea y, como espectador, puse una liebre de plata. Están representados en la cajita el reino mineral, animal y vegetal.  En la parte exterior pinté un huevo como símbolo del inicio del arte conceptual y una regla, para medir lo que sea necesario.

Construcción 8.- En el diálogo con Joseph Beuys, mi intención fue captar sus sentimientos como punto de partida.  Decidí darle un lugar de viaje y de descanso a la liebre que usó en su acción “Como explicar la pintura a una liebre muerta”.  Usé algunos de los materiales que él empleaba regularmente.  En una maleta antigua (c.1930-1940) que forré de lino para pintar, coloqué una frazada de fieltro de lana e hice un nido con ramitas para dar calor y comodidad, adherí con grenetina, de manera muy ligera, un poco de hoja de oro representando el pensamiento iluminado y coloqué un esqueleto de liebre, como si durmiera.  En la tapa puse una postal de un cuadro de Turner para que la acompañe.  En la manija, por si hace falta, tiene una identificación: la liebre de Joseph.  Esta pieza la hice como un símbolo del cuidado que hubiera querido dar a los animales que se me han muerto.

Construcción 9.- En el diálogo con Cy Twombly tomé su idea de que una línea vale por sí misma, sin importar lo que represente y solamente disfruté de llenar de líneas, garabatos y algunas palabras una tabla preparada en yeso muerto y entonada con óleo, como si fuese una placa de piedra.  La tabla está partida en dos grietas profundas que aproveché en la composición, como dos líneas más.  Los cantos los froté con grafito.

Construcción 10.- Para el diálogo con Robert Ryman tomé dos de los elementos que más usa como protagonistas: el lino y el óleo.  En una tela de formato cuadrado pinté un par de bromelias con trazos sueltos en color verde y azul.  Las cubrí con pinceladas gruesas en blanco, siguiendo el movimiento de las formas vegetales, pero haciendo de la pintura blanca, por sí misma, el tema principal del cuadro.

Construcción 11.- En el diálogo con Andy Warhol decidí cambiar completamente su acercamiento a la imagen, así es que, en lugar de dejarla en buena parte al azar de los efectos y defectos de la serigrafía, modificando por medios mecánicos las luces y sombras, pinté las imágenes al óleo, haciendo desfaces deliberados entre colores y controlando los tonos completamente. Como en el resto de las piezas, este diálogo con Warhol utiliza su lenguaje plástico fundido con el mío.  Escogí dos imágenes: una fotografía mía de niña (no icónica) y el dibujo de una liebre joven de Alberto Durero (icono muy reconocido).  En esta exposición estoy utilizando a la liebre como espectador y protagonista en algunos casos, siguiendo la acción de Beuys “Como explicar la pintura a una liebre muerta”, así es que en esta pieza también lo es, pero con mi compañía como productora de las imágenes.  De esta manera me represento como una especie de Alicia en el País de las Maravillas, o en el país del arte, con la guía de la liebre de Durero. Estas pinturas al óleo son el punto de partida para la imagen definitiva hecha con impresión digital sobre lino, que mide 154 cm de altura (mi estatura).  En la sala de exposición este díptico está colgado arriba de la altura del ojo, para seguir jugando con la idea de que Alicia cambia su tamaño y su aspecto a voluntad, como lo estoy haciendo en esta serie de diálogos.

Construcción 12.- En el diálogo con Kurt Schwitters tomé telas y objetos deshechados del taller Restauro, donde preparan mis materiales, tarjetas, periódicos y fotocopias de la obra de Schwitters, para hacer un collage representando el medio de las artes visuales desde finales del siglo XIX hasta la fecha y algunos otros temas culturales.  Por esto se llama XXº.  Una toma de temperatura del siglo XX.  El recorrido no es rígido ni pretende mostrar cada etapa importante, ya que utiliza solamente los recortes que tenía por azar a mano en ese momento, el único objeto hecho especialmente para esta pieza fue una tablita en la que pinté un margay en su selva.  Una vez más el mundo animal, siempre presente, pero ajeno al quehacer humano.

Construcción 13.- El diálogo con Vasily Kandinsky lo hice a la manera de una meditación en la que, a través de la contemplación de una imagen –o mandala-, se logra la comprensión profunda del espíritu representado.  Estuve observando la Primera acuarela abstracta, de 1910, hasta entender el movimiento necesario de la mano y el pincel, y el sentimiento y emoción que habían determinado los colores y las formas.  A partir de eso, la pinté, viviendo dentro de lo posible la emoción del momento en que se hizo y sintiéndome muy cercana al genio creativo del autor.

Construcción 14.- La última pintura de esta exposición: “Animals are my friends”, no corresponde a un diálogo con otro artista visual, sino parte del mismo sentimiento de empatía con los animales que se hace ver en otras de las piezas.  Acabo de leer un texto de Abraham Lincoln en el que recuerda con gran emoción su amistad infantil con un cerdo y el gran dolor que sintió cuando su padre lo mató para comérselo. Por esto, quise hacer un homenaje a estos animales y un llamado a mejorar nuestra relación con ellos.

 

Estas piezas están colocadas en un espacio pintado a la manera de Mondrian, con el uso de los tres colores primarios y líneas negras.  De esta forma lo recuerdo aquí también y envuelvo al resto de los cuadros y objetos en este momento de la historia en el que la forma, los colores y las líneas comenzaron a tener valor por sí mismos.

Intercaladas en la exposición puse algunos párrafos y frases que me parecieron importantes y que apoyan lo que quiero comunicar.  La palabra junto o dentro de la imagen, fue también introducida en el siglo XX en las artes visuales.

 

 

María Sada