PUBLICO MILENIO

Los objetos solitarios de Meléndrez


 31-diciembre-05

Su obra nunca incluye personas o seres vivos, más bien dedica gran atención en los detalles de objetos
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La pieza de la imagen forma parte de la muestra que se exhibe en la Galería Luis Tinajero

 

Samuel Meléndrez es fiel a su mirada, a su técnica y a su amor por los objetos. Asomar la atención a alguno de sus cuadros puede parecer una experiencia sencilla: una toalla sobre el balcón de una ventana blanca, por ejemplo; si paseamos la vista sobre otro cuadro, se observa una azotea con un saco café colgando de una pared. La nueva galería Luis Tinajero abrió sus puertas el pasado 8 de diciembre, con una exposición sobre la obra más reciente de Samuel Meléndrez, pintor nacido en esta ciudad en 1969 y que actualmente radica en la ciudad de México.

Las formas que retrata Meléndrez se inspiran en la vida urbana. Su obra nunca incluye personas o seres vivos, más bien dedica gran atención en los detalles de objetos: letreros luminosos, carpas de circo, ventanas, fachadas de casas, azoteas o baños. La última vez que expuso en la ciudad fue en el ex convento del Carmen, en 2004.

Hiperrealista” es la primera clasificación que surge cuando se tiene contacto con los óleos de Samuel Meléndrez, pero “de pronto parece que algo no está bien, es como si la imagen estuviera un poco torcida y entonces se siente como hiperrealista”, explica Alice Owen, directora de la galería. Su estilo peculiar consiste en tomar mucha atención a la perspectiva y después jugar sutilmente con ella; el efecto se puede observar en la manera lúdica con que representa las sombras, pues en ocasiones no coinciden con la disposición de la luz y la ubicación de los objetos.

Samuel Meléndrez toma escenarios de la vida cotidiana que parecieran no tener valor estético, pero cuando el espectador tiene contacto con el cuadro “los espacios adquieren sentido”, explica Alicia Owen; de esta manera lo ordinario se vuelve un objeto de contemplación. En la pieza “Cuarto de baño”, óleo de cien centímetros de largo por 80 de alto, el pintor retrata con tonos azules y grises, la frialdad de los azulejos de la pared, un escusado y la cortina de una regadera: “Nunca hay un solo ser humano. Se centra sobre todo en mostrar los momentos solitarios de las cosas”, suspira Alicia Owen. La exposición estará hasta el 9 de enero. Galería Luis Tinajero. López Cotilla 1238. Previa cita al 3124-1916.


Angélica Márquez • Guadalajara