15 de mayo de 2007
“Sucesos y personajes de la
pintura en Jalisco”
Revisión
histórica de Ramírez Godoy en el Festival de Mayo
por: María Isabel Sánchez/JALISCO
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Jalisco es cuna de reconocidos artistas plásticos, sobre
tres de ellos giro la plática que ofreció el señor Guillermo Ramírez Godoy,
ayer por la noche, en la sala de Cámara del Teatro Degollado en un evento
promovido por la Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco,
dentro del marco de actividades del X Festival Cultural de Mayo, conferencia
titulada "Sucesos y personajes de la pintura en Jalisco" éstos
pintores son: José de Ibarra, Felipe Castro y José Clemente Orozco; además de
la Sociedad Jalisciense de Bellas Artes, precursora de muchas asociaciones de
nuestro tiempo.
Siempre atento el público a pesar del enorme calor que
hacia en el lugar y los ruidos que provenían del techo, no perdió detalles de
esta ponencia.
Aclaró el conferencista que ante la imposibilidad de hablar
de todos los pintores que tenemos, se referiría a tres momentos de la
historia y un personaje de la misma: uno de la colonia, otro del siglo XIX y
el otro del siglo XX.
Acerca José de Ibarra, conocido también como el murillo novohispano, habló tanto de su vida privada como pública,
informó que una sala del Museo Regional lleva su nombre y contiene algunas
sus obras, sin embargo no ha sido valorado totalmente; de manera amena relató
su vida privada que fue como la de cualquier hombre normal que “enfrenta
problemas de salud, la muerte de seres queridos y desde luego las
incomprensiones humanas” en cambio en su vida pública dijo “fue un hombre
admirado”. Sobre su personalidad pictórica destacó “la precisión de su trazo
y su intuición creativa que le permitían impregnar a sus personajes
religiosos de temperamento mítico y calidad juvenil y una dulzura apacible de
manifiesto decorativismo”.
Citó a La Sociedad Jalisciense de Bellas Artes, que nació
en 1857 (se han cumplido 150 años de su fundación) de ella informó “esta
emblemática agrupación fue un parteguas entre la
Guadalajara apacible que perpetuaba en gran parte la estructura social y el
ambiente conservador del virreinato y la Guadalajara que se renovaba con los
aires del pensamiento independiente que penetraba en una sociedad tapatía mas
sensible a las expresiones creativas” luego ofreció pormenores de la Casa
Cañedo que se encontraba a espaldas de Catedral, donde hubo una serie de
exposiciones.
Luego se refirió a la pintura de Felipe Castro, mencionó
que era muy realista además de “muy académica, donde el elemento compositivo
destaca”
Por último habló del maestro José Clemente Orozco su
estancia en el extranjero y la amistad que tuvo con la periodista Alma Reed, su gran promotora, expresó que cuando Orozco
regresó a Guadalajara se encontraba en la cúspide de su carrera, además de
que su proceso de formación le tomó años en los que transitó por un camino de
lucha incesante para más tarde consagrarse en su propio estado.
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