Naturaleza muerta se inaugura hoy
Museo de la Ciudad celebra con muestra

El Museo de la Ciudad está de manteles largos por su XV aniversario.

 

 

 

 

 

PERIODICO PÚBLICO 23-Febrero-07




Para comenzar los festejos, el espacio dirigido por María Inés Torres será escenario de la exposición Naturaleza muerta, que reúne 16 piezas de autores anónimos del siglo XIX, así como de los creadores María Izquierdo, Roberto Montenegro, José Atanasio Monroy, José Jara, Irma Serna y Alejandro Colunga. La muestra hace un recorrido visual por las transformaciones que ha experimentado el término de naturaleza muerta desde el siglo XIX a la fecha. “La idea surgió de un interés muy personal, porque es un tema que me apasiona y es sumamente amplio. Se escarba en el término desde el siglo XIX, época en que se utilizaban objetos de representación como frutas y animales muertos, pero el concepto se fue enriqueciendo en el siglo XX con la inclusión de la forma del ser humano, de una manera sugerida, como un elemento que forma parte de ese paisaje a través de figuras mágicas”, relató María Inés Torres.

Además de la exposición de las obras plásticas, uno de los atractivos de la muestra será la representación física de escenas de naturaleza muerta del siglo XIX, con la utilización de objetos de la época, con el objetivo de examinar más a profundidad el contexto histórico en que se llevaron a cabo las obras, explicó la directora del recinto.

Naturaleza muerta se inaugura hoy a las 10:00 am en el Museo de la Ciudad (Independencia 684, esquina con Mariano Bárcena). La muestra permanecerá en exhibición hasta el 15 de abril.

El quinceañero

Durante el año, el Museo de la Ciudad seguirá de fiesta por sus quince años, con una exposición dedicada al fotógrafo Octaviano de la Mora y una muestra más sobre la gastronomía de Guadalajara desde el siglo XVI a la fecha

Uno de los retos del museo, que al mes recibe a 4,500 personas, será duplicar la afluencia de visitantes. Aunque todavía no tiene presupuesto para 2007, “tenemos planes para mejorar el espacio en cuanto a acervo y a las condiciones físicas del museo, nos sentimos muy respaldados por la Administración municipal”, apuntó María Inés Torres

 

 

 

Guadalajara. Rebeca Pérez Vega

 

 

 

 


Obra Prestada a la Exposición “Naturaleza Muerta” 

por el MuseoCJV

Maria Izquierdo

Frutero con papaya y manzanas

1943

Gouache s/papel

15x20 cm.

 


Irma Serna

Floral

Acrílico/tela

80x80 cm.

 


José Atanasio Monroy

Florero

Óleo s/tela 54x44cm. 1933

 

Roberto Montenegro

Flores Mercadelas

Óleo s/tela

40x48 cm.

 

Iñaki Beorlegui

Naturaleza muerta

óleo s/tela

112x75 cm.

 

 

 

 


ver: ¡pinta frutas y verduras!

 

MURAL PRIMERA FILA

2 AL 8 DE MARZO DE 2007

 

Invitación

Fotos de la Exposición: Ines Palomar

Exposiciones: "Naturaleza Muerta" en el Museo de la Ciudad
por: EL INFORMADOR/Redacción
fecha de publicación: 11-03-2007, 00:01 hrs.

Antes de irse a respirar nuevos aires y enfrentar nuevos retos, armada de sus amplios conocimientos, experiencia probada y don de gentes, doña Inés Torres, la flamante y atinadamente elegida directora del Instituto Cultural Cabañas, ámbito en el cual también encontrará huellas de la labor positiva su señor padre, quiso cerrar su gestión al frente del Museo de la Ciudad, con un acto cultural más, dentro del programa de festejos por el 465 Aniversario de la Fundación de Guadalajara, consistente en una breve exposición de obras pictóricas, titulada "Naturaleza Muerta".
Bien se sabe que este género de pintura fue reconocido bajo tal denominación desde el siglo XV en los Países Bajos, donde grandes y pequeños maestros flamencos generaron espléndidas obras dedicadas a representar y a exaltar belleza y significado de frutos, flores, escenas de caza, mesas colmadas de viandas, cacharros, loza, armas, libros, instrumentos musicales, composiciones con calaveras (llamadas "vanitas") y en fin, toda clase de objetos inanimados; en tanto que el resto de los pintores europeos de aquel siglo y de los subsecuentes ignoraban, salvo rarísimas excepciones, este tipo de obras por considerarlas "menores" frente al resto de los temas que ellos trataban obsesivamente: retratos palaciegos y burgueses, alegorías mitológicas y desde luego, de manera avasalladora, cuadros de índole religiosa, bíblica, evangélica o hagiográfica, sobre todo en aquellos países que se consideraban eminentemente católicos.
Aquí en la Nueva España, obviamente bajo la tutela e influencia pictórica y religiosa ibérica, los pintores criollos, mestizos y autóctonos también tuvieron que sujetarse a esa temática impuesta, y sólo por excepción, como sería el caso histórico de don Antonio Pérez de Aguilar, maestro del siglo XVIII, se elaboraron bodegones o naturalezas muertas, teniendo que aguardar los pinceles y colores hasta el siglo XIX, cuando ya México fue independiente y comenzaron a correr los aires renovadores del racionalismo y la ilustración, para entonces sí cultivar ese género y dar a luz obras que alcanzaron su máxima brillantez.
Y si bien es cierto que desde aquellos años hasta los actuales no han dejado de existir aquí y allá cultivadores del arte pictórico que continúan realizando "bodegones" y "naturalezas muertas", empleando cada quien sus personal lenguaje plástico, sin embargo, el paradigma mexicano del género lo fue y sigue siendo hasta hoy, don Agustín Arrieta, así como algunos otros artistas de la Escuela Poblana de Pintura y maestros pintores costumbristas y populares decimonónicos - en una gran mayoría anónimos - que florecieron en diversas ciudades de la República instaurada, quienes crearon una incontable cantidad de estos lienzos decorativos, llamados en aquel entonces "cuadros de comedor", algunos de ellos trazados de acuerdo a los cánones académicos, otros, pintados líricamente, pero eso sí, todos apegados a las reglas del realismo naturalista formal, hasta llegar inclusive a la técnica del "engaña ojos", sobre todo en las famosas "alacenas"; todos, densos en su cromatismo y sobrecargados de elementos compositivos, pero que desde luego, al igual que como acontece con cualquier otro género de pintura que depende no del asunto tratado sino de la mano del pintor que lo trata, son hoy como digo, considerados no como parte decorativa de los muros del comedor, sino valiosas obras de pintura dignas de ser conservadas en museos o galerías y tasadas en muy altos precios.
Así pues, unas cuantas "naturalezas muertas", pero muy representativas de este género, procedentes tanto del acerbo del propio Museo de la Ciudad, como de afortunados coleccionistas particulares, son las que actualmente se exhiben en las salas de la planta alta del mencionado lugar, donde sobre todo llaman la atención aquéllas que proceden de la época en que alcanzó este tipo de pintura su mayor esplendor, que fue como digo, el siglo XIX e inicios del XX, entre las que se encuentran aquí tres, que representan piezas venatorias firmados por un tal N. González, así como un bodegón del infalible José Jara Peregrina, e igual, atrayentes obras de cuño moderno y contemporáneo que bordan alderredor del mismo tema, originales de don José Atanasio Monroy, Roberto Montenegro, María Izquierdo, Irma Serna y otros autores en activo de esta ciudad.
Atrayente es pues esta mínima exposición que cierra un ciclo de actividades en este espacio museístico; ahora habrá que ver, bajo la nueva Administración Municipal, quién toma el timón de este importante espacio cultural y hacia dónde lo dirige.

José Luis Meza Inda/ tapatio@informador.com.mx