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"El
arte es mi religión, me he dedicado a él por más de 70 años y sigo pintando
todo el tiempo, cuando trabajo mural le dedico hasta ocho horas al día,
pero si trabajo en casa soy más rápido, la experiencia me da la oportunidad
de pintar con seguridad".
Raúl Anguiano
Pintor jalisciense, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2000
Por Mariel Ibarra
Mural
DF
(22 junio 2003).- Sentado en la sala de su casa en el corazón de Coyoacán,
Raúl Anguiano observa a través de los anteojos de pasta gruesa, se acomoda y
escucha, para luego decir simplemente que el arte es su religión.
"El arte es mi religión, me he dedicado a él por más de 70 años y sigo
pintando todo el tiempo, cuando trabajo mural le dedico hasta ocho horas al
día, pero si trabajo en casa soy más rápido, la experiencia me da la
oportunidad de pintar con
seguridad",
afirma el pintor jalisciense, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2000.
"Para mí, el arte es la nostalgia del paraíso perdido, vuelve al origen
y no va en evolución como la ciencia, porque da la oportunidad de regresar a
lo primitivo, hacer híbridos como el cubismo que es una mezcla de la
construcción geométrica de Cezzane y del arte africano".
Mientras acerca lentamente a su boca una taza que tiene impresa una
fotografía suya junto con su esposa, Brigita, el artista, entre sorbo y sorbo
de café, da voz al renacentista Miguel Ángel al decir que el dibujo es la
madre de las artes.
"El que no sabe dibujar no es artista, puede ser otra cosa, pero donde
no interviene al dibujo son juegos pasajeros, porque los pintores abstractos
tienen una gran educación académica y un gran conocimiento del dibujo; si no
se tiene eso, son payasadas", sentencia el pintor de 88 años de edad a
quien la fundación tapatía Pedro Sarquís Merrewe entregará un galardón el 25
de junio.
El arte es visual, se basa en el objeto, continúa, incluso Picasso nunca
aceptó que le llamaran abstracto porque aun en su pintura cubista hay figuras
que parecen ojos o senos.
A Anguiano se le ubica como uno de los artistas que generó el movimiento de
ruptura que se desprendió de la influencia de los muralistas; sin embargo, el
pintor aclara que rompió mucho tiempo antes, cuando incursionó en el
surrealismo.
"En ese tiempo había pugnas y negación a los pintores de otras
tendencias como Carlos Mérida o el mismo Rufino Tamayo, que como no estaban
en su misma línea ideológica, eran atacados por Diego Rivera y Siqueiros,
pero yo rompí antes de los artistas que se dicen del movimiento de la ruptura
porque tengo pinturas oníricas anteriores a esto".
Un artista vital
A pesar de que hace unos días estuvo enfermo a causa, dice, de la gran
actividad que tuvo en Estados Unidos y a una infección estomacal, su
vitalidad no se ha menguado.
"Trabajo muy fuerte tanto en mi estudio de aquí como en el que tengo en
Estados Unidos al que acudo tres veces por año y también allá tengo lleno mi
estudio con obra lista para exposiciones", asegura.
El autor platica que cuando felicitó al arquitecto Luis Barragán, que ya
enfermo seguía trabajando, éste le contestó algo sorprendente.
"'Raúl, mucha gente cree que el trabajo es una maldición, pero no, es
una bendición de Dios', me dijo; cuando nos despedimos me lo volvió a repetir
y un mes después le llamé a su casa para felicitarlo por su premio mundial en
arquitectura".
Sus museos
"Yo he sido maestro toda la vida", dice el pintor, "desde los
17 años en las escuelas de Guadalajara, y en 1939 comencé a dar clases
En la Escuela de Pintura y Escultura La Esmeralda, que en esa época se
llamaba Escuela de Talla Directa cuando era un corralón con pirules y unas
cuantas habitaciones".
Mientras se acomoda en el respaldo del sillón, comenta que hará un
reconocimiento a sus profesores y colegas al dedicarles el Museo Raúl
Anguiano, que se inaugurará entre el 24 y el 25 de junio en Guadalajara y
para el cual donó 100 obras.
"La donación está compuesta de obra gráfica, tapices, cerámica, óleos
primera entrega y, si funciona bien, en este momento me comprometo a donar
otras 100 obras a ese museo", dice el autor de "Vota", la obra
con la que el Instituto Electoral del Distrito Federal promueve las próximas
elecciones.
Respecto al proyecto para crear un museo Anguiano en la Ciudad de México,
para el que ofreció donar 200 obras, está detenido puesto que no ha obtenido
respuesta de las administraciones locales.
"Hace poco tuve el ofrecimiento del delegado en Miguel Hidalgo, Arne aus
den Ruthen, para otorgarme la Capilla Amarilla del Parque Lira, pero hubo
varias complicaciones, además no basta con tener un lugar, se necesita un
financiamiento para que funcione", comenta.
"El día de la inauguración de mi mural en la Semarnat, le pedí apoyo
directamente al Presidente Fox a través de una carta y ya recibí la
contestación de su esposa con una buena intención, pero no hay nada en
concreto hasta el momento".
Raúl Anguiano donó cien obras para esta exposición