Pintores e intelectuales de la época.
Fotografía en blanco y negro.
5 1/2 x 3 1/8"

La llegada de Fabrés a México marcó el fin de una época, el fin de la academia en la pintura y el paso al impresionismo y el sintetismo. La pintura "objetiva" y naturalista, entonces, pasó a ser subjetiva "realista". El pintor inició la formación de una de las generaciones más prolíficas de nuestra historia, aquella que dio más renombre y presencia internacional al arte mexicano: Roberto Montenegro, Saturnino Herrán, Ramón López, Benjamín Coria, Armando García Núñez, Diego Rivera y José Clemente Orozco formaron parte de ella. Para Tablada, la importancia de Fabrés en la Academia de San Carlos se debía al hecho de que fomentaba la disciplina en el trabajo pictórico y a que sus métodos de enseñanza buscaban la perfección en el dibujo, como él mismo comenta en la siguiente crónica de 1904.


 “ Roberto Montenegro, cuyo lote de dibujos es escaso, cautiva con las pinturas que expone. Los pasteles, La tarde y el retrato, son notables: aquél, por su sentimiento poético, su originalidad, su color raro y atrevido; el último, por su valentía y la airosa manera con que está ejecutado. El mismo alumno expone acuarelas algo pesadas, bellos óleos y composiciones alegóricas. Montenegro tiene una personalidad artística enteramente propia. Es muy elegante, siente poéticamente, y su fantasía es exquisita. Todas estas cualidades tiene que depurarlas y robustecerlas con un estudio obstinado. Su ideal debe ser conquistar dos cualidades que le faltan: la verdad, la fuerza. Poseyendo estas virtudes, Montenegro será una gloria para el Arte.”

José Juan Tablada escribió alrededor de doce crónicas, que van de 1891 a 1908, dedicadas específicamente a la Academia de San Carlos, en las cuales hace un recuento de lo que ahí ocurría con el arte mexicano, antes y después de la llegada de Antonio Fabrés.

Fuente: http://www.tablada.unam.mx/archivo/fotograf/notas/i118a-30.html