Más que etiquetarse, el trabajo de Tomás López Rocha podría definirse por
la exploración constante. Su punto de partida fue el dibujo y la pintura pero
su búsqueda lo ha llevado experimentar con el arte objeto y la escultura. A
sus 52 años de edad, el artista tapatío ha tenido nueve exposiciones
individuales y 30 colectivas en diversos museos y galerías de Guadalajara,
Sonora, Monterrey, Chihuahua, Puebla, Guanajuato. Su arte también ha viajado
a países como Estados Unidos, Rumania, Eslovenia, República Checa y Austria.
La obra del pintor ha destacado por su doble sentido y por la hilaridad que
le imprime a sus trazos. Hace dos años se le diagnosticó diabetes y antes de
deprimirse, decidió tomar la noticia con mucho humor. Su chispa se cristalizó
en un proyecto plástico al que denominó Dulces placeres (febrero de
2005, en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara), una serie
de figuras de azúcar y resina en las que volcó su relación de amor y odio con
el “dulce veneno”.
Su doble sentido también se nota en su más reciente exhibición (que se
encuentra montada actualmente en el Museo de Arte de Zapopan),
Serial killer, en la que hace una certera
crítica a ética de las empresas automotrices. Ahora López Rocha se encuentra
en una etapa muy activa de su carrera, actualmente trabaja en su siguiente
muestra, que incluirá más de 500 dibujos y una serie de pinturas, que se montará
en diciembre próximo en el Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, en la ciudad de México.
Recientemente su trabajo ha destacado por hacer una fuerte crítica a temas
como la globalización y diversos problemas sociales, ¿cuál es la razón?
Esta posición no obedece a una estrategia. Mi único objetivo es dar a conocer
una filosofía, un pensamiento, una manera de ver las cosas. A mí me preocupa
mucho la política empresarial, porque ha perdido su parte ética y de
responsabilidad social. También me preocupa el deterioro ecológico que sufre
el planeta. Esto es parte de una filosofía, que no es de hoy, pero ahora
estoy profundizando en estos temas para mostrar mi visión y crear un diálogo.
¿En qué etapa de su carrera plástica se encuentra?
En una primera etapa de mi carrera etapa de mi carrera abordaba mis vivencias
con humor, con doble sentido. Mis cuadros todavía guardan ese doble sentido,
aunque son temas serios no quiero desligarme del humor, pero tampoco se puede
tapar el sol con un dedo. Creo que he tenido dos etapas claras la del humor y
ahora la del humor, la crítica, la política y la ética. Eso es lo que ha
plasmado la trayectoria de mi obra.
De todas las disciplinas artísticas que maneja, ¿cuál es la que le ofrece
mayores posibilidades de expresión?
Para mi el arte es mi vitamina, pero pintura me chifla. Aunque la han querido
matar, ha retomado su auge muchas veces porque es un arte vivo que ofrece
muchas posibilidades creativas.
¿Cuál es su forma de acercarse a la pintura?
Es de constante experimentación. El proceso de creación es muy rico porque a
medio camino surgen elementos que poco a poco se plasman en la tela y resulta
muy enriquecedor. Eso es maravilloso, pero quiero seguir explorando todos los
medios, como la escultura. Me gustaría aprender más, manejar otro tipo de
materiales y claro poner énfasis en parte conceptual es muy importante. Es
primordial que cada obra y cada exposición tengan un concepto, una razón de
existir y un mensaje que haga reflexionar al público. Es importante que
exista un diálogo con el espectador, que esté de acuerdo o no es una cosa
distinta, pero el propósito es que haya una reflexión a partir de una idea.
La política está ligada a su creación, pero ¿cuál es su postura respecto
al momento político que vive el país?
Ojalá que los políticos dejaran de robar, es escandalosa la robadera. Si
dejaran de robar y pensaran a largo plazo, México sería otro. Pero el país
está inmerso en un problema de desigualdad increíble, no puede ser un país de
20 grandes empresarios, debe ser un país de muchos empresarios pequeños,
medianos, grandes y grandotototes; de
universitarios que terminen sus estudios y tengan oportunidad de hacer sus
propios negocios.
¿Qué le pediría a los diversos candidatos a ocupar un puesto de elección
popular, en materia cultural?
Los candidatos siempre dicen que van a apoyar a la cultura, pero no ocurre.
La calidad y las ganas de los creadores nacionales sale
a flote sin ayuda del gobierno, pero creo que los funcionarios deberían
aprender de las experiencias exitosas de otros países, no inventar el hilo
negro, reconocer que México tiene una gran tradición, pero también apoyar lo
contemporáneo.
Guadalajara / Rebeca Pérez Vega
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