| A caballo entre la pintura y el verbopor: EL INFORMADOR/Redacciónfecha de publicación: 01-03-2007, 21:53 hrs.
 
 
 Roberto Rébora muestra en el Museo de l as Artes de la UdeG su pasión por la pintura  y la edición, a través de la exposición Taller. 
 CRÉDITO FOTO: EL INFORMADOR • R. TORRES
   El Museo de las Artes muestra en una exposición
  los dos oficios del artista con los pinceles y la ediciónRoberto Rébora: Pintor. Roberto Rébora: Editor. Dos
  oficios a los que este artista fundador de Taller Ditoria en 1993 por un
  deseo de aprender la manufactura del libro impreso tipográficamente, les
  dedica el tiempo que le toca vivir, perfectamente dividido en las exigencias
  propias de cada uno. Dos ocupaciones -una con el pincel como herramienta,
  otra con la palabra escrita- cuyos resultados quedan expuestos en el Museo de
  las Artes de la Universidad de Guadalajara (UdeG) a través de la muestra
  Taller.Este breve título de la exposición de Roberto Rébora (Guadalajara, 1963)
  responde a que todo se origina en el taller. Para él, este lugar “guarda una
  actitud con la cual me siento muy identificado, que es la de aprendiz”.
  Señala que “en el taller todo se hace con las manos y de ahí la relación
  entre el taller que produce pinturas y que, simultáneamente, ha crecido una
  experiencia editorial que ha dado sus frutos”.
  Frente a la tela  Roberto Rébora resuelve el problema esencial que
  enfrenta todo pintor del vacío poblando sus cuadros de “ansiedad,
  pretensiones y necesidades”, representadas en multitudes en buena parte de
  las 12 obras, aparte de dos retratos, que incluye Taller. En realidad, a él le gustaría poner un punto y cerrar un cuadro. Pero no es
  tan sencillo. Por eso, Rébora puebla de figuras las telas “tratando de darle
  alguna explicación probable a todas las preguntas con las que uno convive
  diariamente”.
 Otras de las piezas realizadas con temples y óleos representan ambientes
  familiares con el mismo carácter onírico que el conjunto del trabajo, tema
  que hacía ya más de una década que Rébora no tocaba. De alguna manera, la
  exposición Taller supone su regreso también a sus inicios en el dibujo
  realizando caricaturas y colaborando para periódicos y revistas.
 “Soy esencialmente un dibujante y todo lo que hago se relaciona con el
  dibujo. Incluso, Taller Ditoria es para mí una manera de entender el dibujo
  de distintas maneras, dado que ubicar una palabra en una página en blanco es
  relacionar la línea, por lo tanto, el dibujo de la letra misma, en su
  composición espacial”, explica Roberto Rébora.
 El artista deja tras de sí un trabajo muy complejo formalmente, de cosas
  abiertamente ambiguas en su solución formal, con mucho color, muy
  contrastadas, para hacer uso por primera vez en las obras que adornan las
  paredes del Museo de las Artes de la UdeG de una monocromía protagonizada
  unas veces por el rojo, otras por el azul, con la finalidad de “establecer
  una estructura formal desde donde desarrollar una posible expresión
  personal”.
 Para Rébora, contrariamente a lo que pudiera creerse, tener un espacio en
  blanco a su disposición es “una de las oportunidades más grandes y ricas con
  las que uno se puede relacionar, porque todo puede ser posible, incluso hacer
  una obra maestra para quien le es dado. El problema es terminar un cuadro,
  porque ahí los límites son evidentes”.
 Para él, el pincel es erotismo. “El roce del pincel con la tela me seduce
  -expresa- y la relación que yo establezco con mi oficio de pintor es
  estrictamente sensual y sólo a partir de ahí deviene un proceso intelectual”.
  Ante la página  Hace 13 años Roberto Rébora alumbró Taller Ditoria como
  una extensión de los catálogos que originalmente pensó y como un medio idóneo
  para difundir su trabajo, sus imágenes. A lo largo de este tiempo en el que
  se han editado 34 libros (32 de ellos expuestos en el Museo de las Artes de
  la UdeG), la función del taller ha sido siempre la misma: “Darle toda la
  importancia a la página limpiamente, sensiblemente impresa, para que facilite
  la lectura”.Fue por una cuestión de azar que la relación de Rébora con la palabra originó
  el deseo en él de aprender la manufactura del libro impreso tipográficamente,
  “no por cuestiones de orden romántico, en el sentido de volver técnicas en
  desuso, sino porque la economía de medios, que procuró comprar una prensa de
  escasos tres mil pesos de inversión, facilitó eso que es milagroso que es la
  reproducción de la página impresa y de ahí nació el deseo de aprender
  cuestiones que tienen que ver con la edición”.
 A Roberto Rébora le ha tocado el papel de dirigir y ser el impulsor de Taller
  Ditoria, pero recalca que “está siempre relacionado con hombres de oficio,
  con dibujantes, con otros pintores y, naturalmente, con escritores”.
 Pintor, editor y... también lector. Por eso, lo primero que necesita es tener
  una razón de peso para dedicarse desde Taller Ditoria a la edición de un
  ejemplar. “Cada libro es distinto entre sí, como si fueran cuadros -cuenta-.
  La concepción de cada libro tiene todas las exigencias, porque lo que estás
  iniciando se va a desarrollar, de alguna forma, a la manera de un dibujo. Es
  decir, la primera página te va a poner una serie de reglas formales que se
  irán desarrollando a lo largo del libro, porque esta manera manual de
  trabajar tipográficamente no permite la concepción total de las ediciones,
  sino que son orgánicas, el proceso es orgánico”.
 Para Roberto Rébora, como editor de Taller Ditoria, cada libro es un fin en
  sí mismo, lo mismo que, en su faceta de pintor, cada cuadro es un fin en sí
  mismo.
  En síntesis  QUÉ. Taller (exposición de pinturas y libros
  editados por Taller Ditoria)QUIÉN. Roberto Rébora.
 DÓNDE. Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (avenida Juárez
  975).
 CUÁNDO. Inauguración: Viernes 2 de marzo de 2007. 20:30 horas.
  Piezas artesanales únicas  En la actualidad, editar libros manufacturados se ha
  convertido en una excepción. Ditoria concede, al fondo sensible de la poesía,
  una forma tangible, por lo que cada ejemplar es una pieza artesanal única.
  Así, lo que se inició como un ejercicio de aficionados, se ha convertido en
  una labor rigurosa y comprometida, cada día más, con el oficio del libro
  elaborado a mano.  Primero el arte  Entre los planes de Roberto Rébora con los pinceles
  figura “seguir los impulsos primarios que articulan el gesto: La pintura”.A su parecer, en la actualidad se dificulta observar pintura sin teoría de por
  medio. “Hay que creer para saber ver”, dice.
 “El arte contemporáneo devino del todo en apéndice literario. Se requieren
  teorías persuasivas que nos permitan entender el significado de los valores
  artísticos”.
 A pesar de todo, para él, “lo interesante de la reflexión es que antes de
  concluir cualquier idea sobre el arte, éste, previamente, ha estado ahí. Es
  primero el arte y luego el postulado”.
 Ahí está el cometido, según Rébora, “en la pintura, que sigue siendo para mí
  el justo medio”.
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